Cuando llega el momento de buscar un mueble con el que ganar espacio de almacenaje en la cocina, lo primero que nos viene a la cabeza es un mueble en el mismo material y acabado que el resto del mobiliario. En el comedor, la pieza más habitual es un aparador y para el salón, soñamos con una estantería de pared a pared en la que guardar libros, revistas y todo tipo de objetos decorativos. Pero existe un mueble en el que quizás no hayas pensado, pero que dotará de un encanto especial a la estancia donde lo coloques. Se trata de las alacenas, un tipo de mueble de dos cuerpos, generalmente el superior tiene menor profundidad que el inferior para así, ofrecer un espacio libre sobre el que se apoyan los objetos que se van sacando de los armarios, y que encaja en cualquier habitación de la casa. Encontrarás modelos rústicos, actuales, de madera en acabado natural o pintada… Echa un vistazo a esta selección, porque son todas ideales.
Piezas con alma
Integrar una alacena antigua en una estancia es una excelente manera de añadir personalidad y un toque único a la decoración. Cuando son piezas buenas, de calidad, lo suyo es conservarlas tal cual (lo contrario, no se contempla), pero si has heredado o rescatado un mueble que no te convence demasiado, también puedes restaurarlo, bien con pintura, bien con una mano de cera. La alacena que ves sobre estas líneas es un mueble francés del siglo XIX, hecho en madera de pino. Lo encontrarás en Mestizo Store.
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