Al elegir los colores que decorarán tu salón es fundamental tener en cuenta cuánta luz recibe, su tamaño y, por supuesto, el color de las paredes. Teniendo en cuenta estos tres condicionantes, podrás seleccionar la gama cromática que mejor se adapte a tus gustos y estilo. Lo primero es tener en cuenta el color del sofá. Aunque siempre puedes decantarte por un estampado, siempre es mejor que elijas un color liso o uno sencillo, no demasiado llamativo, como el de rayas de esta propuesta del estudio de interiorismo Espejo & Goyanes. Ten en cuenta que los colores muy intensos, así como los estampados florales, pueden ser llamativos y originales, pero arriesgados. Solo quedarán bien si el resto de la decoración ofrece colores lisos y la estancia es grande y con luz natural. Lo contrario podría dar como resultado un salón agobiante y pequeño a nivel visual.
Para que no te equivoques, hemos seleccionado varios salones con distintas combinaciones de colores para que te inspires y elijas la que mejor se adapte al tuyo.
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Blanco + arenas: un look natural y acogedor
El blanco es la mejor base para decorar un salón, ya que su versátil carácter hará que combine perfectamente con casi cualquier gama cromática. Una que es infalible es mezclarlo con tonos arenas y ocres, que ofrecen un look natural y asegura la calidez. Y lo mejor de esta combinación, que, además resulta muy veraniega, es que queda igual de bien en salones grandes, pequeños, abiertos y casi de cualquier estilo. Un truco para que resulte más moderno es añadir pequeñas pinceladas de tonos de grises o negros, que subirán el nivel e instalarán tu salón entre las últimas tendencias.
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Blanco + azul turquesa + azul marino: bienvenido verano
Como comentábamos en la propuesta anterior, el blanco es la mejor base para cualquier decoración. Si buscas un look más playero y de verano, el azul será tu gran aliado. Ahora, no vale cualquier azul. Los más adecuados para esta imagen desenfadada y relajada son los turquesas, aguamarina, celestes… Después tendrás que añadir unos discretos toques de azul marino, el color mediterráneo por naturaleza. Y, para que no resulte demasiado frío, no te olvides de incluir en la decoración algunas piezas bien de madera, bien de fibras naturales, cuyo carácter natural y cálido ayudarán a subir un poco la temperatura, manteniendo el aspecto fresco de los azules y blancos.
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Blanco + negro + madera: la esencia del rústico moderno
Sabemos que el rústico más tradicional, ese con sabor a campo, ha tornado a un estilo más moderno y actual. Gran parte de esa responsabilidad se la debemos a la combinación de colores y materiales, así como el diseño de los muebles, que tienden a líneas más puras sin perder la calidez de lo rústico. Por eso, otra vez la combinación del blanco y el negro es perfecta para un salón rústico con matices contemporáneos que vemos gracias, precisamente a las formas orgánicas y sencillas de los muebles: ligeros, sin estridencias y en color negro. Ahora, para mantener esa esencia a campo, es fundamental también no olvidarse de añadir objetos de madera al natural. Lo mejor es que esté sin tratar o con algún tinte, pero que deje ver la pureza de las vetas y ofrezca el tacto cálido intrínseco de la madera.
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Caldero + azul marino + dorados: ¡pero cuánto glamur!
Para un salón sofisticado y elegante, nada como combinar distintos tonos intensos que se complementen entre sí, como el caldero de la tapicería del sofá con el color secundario que vemos en los cojines de color azul marino. Después, añade unos toques en dorado, un color que combina con los dos anteriores, tanto juntos como por separado. Ahora, la clave para que este salón sea glamuroso y elegante, pero también luminoso reside en el color blanco de las paredes y las carpinterías, así como en el enorme espejo colocado en la pared del sofá y que se encarga de multiplicar la luz y la luminosidad que ofrece el blanco. Además, así la zona del sofá es llamativa y se convierte en un punto focal de la estancia, ahí donde, sin quererlo, se dirigirán todas las miradas.
Azul + caldero + gris: la modernidad más cálida
Cuando un salón es grande y cuenta con mucha luz natural, uno puede concederse ciertas licencias, como colocar un sofá de color azul intenso. Si lo eliges con ciertos matices grisáceso y añades el gris como color secundario, el estilo moderno está asegurado. Ahora, ¿qué hacer para darle calidez y no caer en la monotonía de estos tonos fríos? Añadir un color cálido intenso como acento. Aquí se ha elegido el caldero, una tonalidad muy de moda, en algunos cojines y el plaid. Un elemento más a tener en cuenta si eliges el azul marino como color predominante y no quieres renunciar a la luz ni a la calidez es elegir muebles de madera clara, como roble, haya, fresno, pino o abedul, entre otras.
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Blanco + negro + ocre: moderno y luminoso
Esta combinación de colores son perfectas para un salón urbano en el que se quiera potenciar la luz. Otra vez el blanco sirve de base, mientras que el negro es el segundo color más predominante. Para saber qué cantidad de color puedes aplicar la regla del 60/30/10: 60% de la decoración será para el color más presente, el 30% sería el color secundario, que lo podemos incluir no solo a través de los textiles, sino también mediante el mobiliario (así lo ha hecho la interiorista Pia Capdevila en este moderno salón); y, finalmente, un 10% de un color de acento, como el ocre presente en detalles de los cojines, el plaid o el jarrón.
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Blanco + beige + rosa: nos encanta el romanticismo
Para los amantes de los estilos más clásicos y con ciertas tendencias a los ambientes románticos, nada como la combinación de blanco y rosa suave o palo. Ahora, si te fijas, no es precisamente el rosa el color más predominante, de hecho solo lo encontramos en algunos cojines lisos y en otros con estampados florales. Es el blanco el que sirve de lienzo perfecto para que el rosa se luzca. De nuevo es un color cálido el que ofrece la calidez, puesto que se han pintado las paredes de un beige suave con matices amarillentos, que no resta luz y aporta calidez.
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Un color en distintas intensidades: el poder de lo monocromo
Un mismo color en distintas intensidades puede ser una opción también muy decorativa para el salón. Buena muestra de ello es esta propuesta de Mónica Garrido, que ha empleado un solo color para decorar este salón, pero con el matiz de elegir para cada pieza distintas intensidades del mismo color. Así, el sofá luce un tono rosado empolvado que resulta cálido y femenino; en las cortinas vemos el mismo tono, pero más intenso, suavizado con el blanco mediante un estampado geométrico; y en tercer lugar, ese mismo tono rosado convertido casi en granate en los detalles del puff.
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Gris + blanco + verde oscuro: el efecto sobrio de los neutros
Si hay un color dentro de la paleta de colores para decorar el salón que relacionamos con los estilos más modernos, es el gris. Y es que su carácter actual y sobrio es perfecto para decorar el salón e, incluso, destinarlo a la pieza principal como lo es este sofá. Lo vemos también en las cortinas, con un matiz más intenso e, incluso, en las carpinterías. ¿Y cómo quitarle algo de seriedad y hacerlo más luminoso? Combinándolo con el blanco presente en los visillos y en los cojines, para los que también se ha elegido un tono verde apagado que da color y no está reñido con la seriedad que desprende este salón.
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Gris oscuro + azul petróleo + ocre: pinceladas de color infalibles
Como comentábamos, el gris es un color ideal para el sofá: es resultón, moderno, resistente y elegante. Pero si quieres darle más vitalidad al salón, será necesario aplicar ciertas pinceladas de color mediante el resto de textiles que lo decoran. En este caso, son el azul petróleo y el ocre los que ayudan a dar vitalidad a este salón con un sofá gris marengo. ¿Una ventaja de este salón? Los grandes ventanales que bañan de luz la estancia y que se han vestido con unos ligeros estores de color blanco que tamizan la luz, pero dejan pasar la luminosidad.
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