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Para aumentar la eficacia y reducir el estrés en nuestro día a día es tan importante el orden físico como el mental, y para contribuir al orden mental una buena planificación es fundamental.

Cada uno tiene sus herramientas para su planificación profesional, pero muchas veces la tenemos que interrumpir o abandonar para atender tareas del hogar o familiares que no teníamos previstas, simplemente, por una mala previsión.

En el hogar todo es panificable, pero para mí hay unos básicos que debemos prever semanalmente, planificar y dejar por escrito, y en un sitio que toda la familia pueda ver, para ahorrarnos tiempo, que en mi caso es tiempo que puedo invertir en mí y en mi familia.

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Básicos para mantener una planificación perfecta

 

1. La elaboración del menú semanal

Es clave para toda la familia, empezando por la persona que se encarga de cocinar, en quien recae realizar la compra. Y esta es para todos, ya que, si no está previsto, es habitual que se retrasen los horarios y esto durante la semana influye mucho en el orden.

Muy importante es la calidad y variedad de la alimentación, si no está planificado es frecuente que acabemos haciendo lo más fácil, lo que más nos apetece o lo que hay en el frigorífico y eso no siempre es lo que deberíamos comer. Para dejar este menú escrito con un folio en blanco nos basta, pero en internet podemos conseguir muchas plantillas que podemos tener siempre a mano para completarlas.

Si algún miembro de la familia tiene un menú predeterminado en el cole o en la oficina, lo ideal es contrastarlo para evitar comer y cenar exactamente lo mismo y tenerlo siempre impreso en ese sitio que vamos a crear para tener todo la planificación y así revisarlo semanalmente cuando hagamos el menú de casa.

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2. Lista de la compra

Tras la elaboración del menú, viene la lista de la compra, igual de importante que el anterior, ya que si nos vamos sin una buena lista acabaremos comprando cosas que no necesitamos y nos faltara ingredientes básicos para elaborar el menú que tenemos planificado.

La lista de la compra debe estar activa toda la semana, en ella cada persona puede ir anotando lo que ha echado en falta. El encargado de elaborar el menú la terminará apuntando lo que falta para hacerlo esa semana.

Si, previamente, hemos dedicado algún día a poner en orden nuestra despensa esta labor habrá sido mucha más fácil y eficiente.

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3. Identificar y marcar los momentos importantes de la familia

Son aquellos que se repiten y los que no, algo común a la mayoría de las familias:

-Días de deporte o extraescolares semanales: porque estos implicarán llevar ropa distinta puesta, en una bolsa a parte o cualquier otro material para realizarla

-Cenas o comidas programadas fuera de casa: ¡ese día se puede aprovechar para planificar algo en el menú que la persona que no está no puede comer!

Este cuadro, en muchas ocasiones, es estático, y ayuda mucho al principio de cada temporada, pero siempre pueden surgir algunos cambios que debemos marcar o, si quién las realiza está de viaje o enfermo, la persona que lo sustituye pueda revisar.

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4. Determinar las tareas habituales o especiales

Si, por el contrario, por vuestra profesión o funcionamiento se suele cambiar es doblemente importante para que la compra no llegue el viernes y se vaya al traste toda nuestra planificación del menú o se quede alguien en la puerta de la clase de tenis esperando a que lo recojan.

 

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¿Y cuándo hacemos todo esto si no tengo tiempo ni para hacerlo?

Cuando vemos los beneficios de esta rutina siempre encontraremos el momento. Como para todo, la primera vez es la más complicada, pero una vez empezamos hacerlo veremos que no necesitamos más de 15 minutos.

El mejor momento para programarlo es durante el fin de semana, a mí me gusta hacerlo el domingo por la mañana, mientras la familia se pone en marcha yo me pongo delante de mi cuadro de mandos, papeles, agenda y boli en mano y empiezo a proyectar la semana.

Toda esta planificación tiene que quedar plasmada y accesible a todos para poderla consultar diariamente y, para esto, yo tengo un cuadro de mandos familiar, que es el espacio dentro de casa que reúne a toda la familia y nos permite ver toda esta información. Tiene que ser un espacio de fácil acceso a todos, con la estructura que cada familia necesite y con plantillas removibles o pizarra borrable.

El mío está en la cocina, dentro de la puerta de un armario en el que, además, hay un espacio para las llaves y para las mascarillas nuevas y en uso de cada uno.

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5. Encuentra el lugar adecuado para tu cuadro de mandos

Te animo a buscar un sitio muerto en la cocina, en la entrada de casa incluso en la puerta interior del armario de la entrada para crear tu centro de comando. No necesitas que sea grande, un rinconcito en una zona accesible será suficiente para plasmar la planificación semanal y mantener a toda la familia informada.

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