1. Un marrón con mucho ‘charme’
Todavía es un buen momento (hace calor, dispones de más horas libres…) para pintar la casa o al menos, el salón, una de las estancias en las que pasas más tiempo y que necesita de vez en cuando un cambio de imagen. Antes de elegir el color, debes tener en cuenta las dimensiones de la estancia, la altura del techo, los brillos y acabados, los muebles y telas que tienes y, por supuesto, tus tonos preferidos y el efecto que quieres crear.
En esta propuesta de Behr, las paredes en color marrón oscuro añaden sofisticación y realzan la decoración. Para multiplicar el efecto, la carpintería de ventanas y puertas y las molduras del techo son blancas, creando un atractivo contraste.
2. Un verde ‘très chic’
Es uno de los colores ‘rey’ de la temporada, en cualquiera de sus tonalidades. Aquí, en este salón con paredes con el tono Sir Lutyens’ Sage e Invisible Green de Little Greene, se muestra la versión más sofisticada, gracias al sofá Chester dorado y al techo de color rosa. Pero también puede lucir una imagen hippie y natural si emplea un tono más intenso y se acompaña con elementos étnicos y un kilim vistiendo el suelo. Recuerda que los tonos discretos pueden coexistir con los más llamativos, especialmente si tienen un aire futurista, y aportar un enfoque inusual y original.
3. Una azul con personalidad
Por regla general, un color claro o brillante amplía un espacio pequeño, mientras que uno oscuro aporta calidez. Pero esto no siempre es exacto, ya que los tonos intensos pueden, siempre que se respeten ciertas normas, emplearse en salones de pocos metros, especialmente si se utilizan únicamente en una pared, como la de los sofás o la del rincón de lectura, para dar carácter y profundidad al espacio. Para muestra este rincón con paredes en Bleu Canard de CIN Valentine. Un color entre el azul y el verde, que crea ambientes sofisticados e íntimos.
4. Dos tonos de la misma gama
Los colores suaves y relajantes apuestan por un diseño más austero del diseño de interiores, donde el espacio luce en todo su esplendor y la decoración, sencilla y poco recargada, acompaña. En esta propuesta de Bruguer, la parte alta de la pared se ha pintado de un beige claro mientras que en la inferior se ha creado un zócalo con pintura blanca ' bosque invernal' (una de las versiones del blanco) o verde tenue. El resultado es inspirador y con un aire oriental, que invita a la relajación visual y física.
5. Cálidos para combatir el frío
Marrones otoñales, melocotones, como el de Jotun, rojos profundos y tonos tierras atrapan la calidez de una buena chimenea en casa, mostrando un estilo de vida sencillo y auténtico. Si lo combinas con piezas hechas a mano y con tejidos como la lana en invierno y el lino en verano, lograrás ambientes acogedores y atemporales, tocados por la varita mágica de la elegancia de las cosas imperfectas, pero bellas.
6. A rayas para ampliar el espacio
Una buena solución en salones de pocos metros es jugar con la pintura de las paredes, como esta propuesta de Haymes Paint que combina franjas verticales anchas en blanco y azul, lo que eleva la altura del techo y crea sensación de amplitud. Sin olvidar que decorativamente es una solución elegante y con personalidad.
7. La elegancia de los grises
A la hora de elegir el color para pintar tu salón, debes elegir un tono que no te canse, que combine con los muebles, las piezas secundarias y los adornos y que provoque un estado de ánimo según la función y la vida que se haga en la estancia. Bajo estas premisas, el gris es un comodín perfecto, ya que, sobrio y estable, resulta tan atemporal como efectivo en sus resultados. Esta temporada brillan los tonos claros, como el de este ambiente de Cult Furniture, pero también los que llegan (casi) al negro.
8. Blanco: un clásico con estilo
No lo subestimes, ya que el universo ‘white’ es amplio y rico en matices. Estamos ante un infalible, salvo cuando la orientación del salón es norte, ya que se aproxima más al gris y puede dar lugar a atmósferas anodinas y sin personalidad. Puedes jugar y crear contraste con los muebles y las telas, o buscar su lado más natural combinándolo con neutros, que busquen la suavidad y la dulzura. En este ambiente de Behr, la decoración ecléctica se encuentra cómoda con este color versátil y a prueba de modas pasajeras.
9. ‘Trendy’ y fácil de combinar
Si tienes dudas sobre elegir un color frío o cálido, ten en cuenta que los primeros son perfectos en salones con orientación oeste, mientras que los situados en la fachada sur de la casa encontrarán en los cálidos buenos aliados. El azul es uno de esos colores que vuelve cada temporada rejuvenecido y luciendo un nuevo aire. En ocasiones, se mezcla con el verde, en otras con el gris o con el blanco, pero nunca deja de perder su capacidad para sumergirnos en un océano profundo, lleno de calma y tranquilidad. En esta propuesta de Tollens se alía con la decoración contemporánea, aunque la ‘vintage’ también es una buena opción.
10. Rosas y verdes vibrantes
Esta propuesta de Little Greene viene dispuesta a hacerte sonreír. Alegre, espontánea y con cierto aire ‘millennial’, hará más luminosas y frescas las estancias, aunque sea invierno. Fucsias, verdes y amarillos son los tonos estrella de esta tendencia para el 2020. Eso sí, solo es apta para atrevidas y necesita una decoración acorde, que la acompañe y permita que luzca sin complejos.
11. La alegría del amarillo
Es el color del sol, incluso cuando se acerca a las tonalidades mostaza y pierde parte de su brillo para ganar en sofisticación, por lo que siempre pondrá un punto de frescura y vitalidad. Si a tu salón le da el sol por la tarde, elige un amarillo alegre y lleno de fuerza para crear un espacio luminoso y acogedor por las mañanas, como en esta propuesta de Leroy Merlin, o un tono más frío, si buscas un lugar donde relajarte cuando vuelves de trabajar. La madera, preferiblemente oscura, es en ambos casos un buen aliado 'deco'.