¿Imaginas dormir en mitad de un bosque con vistas que se pierden entre los árboles? Esta cabaña es el fiel reflejo de la vida sencilla y pausada, sin complicaciones, pero con sencillez y naturalidad. ¡Di sí a la slow life!
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Hood Cliff Retreat es un lugar en el que retirarse y olvidarse de las prisas y de las rutinas. En total son tres cabañas prácticamente ocultas en el paisaje de la costa occidental del Canal de Hood en Washington. Allí, hace 50 años, ya se ubicó las primera cabaña de madera, que nada tenía que ver en diseño y comodidades con esta casa de campo de capricho.
Las nuevas cabañas, obra de la firma de arquitectura y paisajismo con sede en Seattle Wittman Estes, están concebidas a modo de cabinas que conectan con el entorno a través de amplios ventanales y porches en los que relajarse. Cada una de las nuevas cabañas reutiliza los materiales recuperados de la original. En total, se han diseñado tres unidades en una única planta, con grandes acristalamientos y sistemas de apertura que favorecen la sensación in & out.
El arquitecto Matt Wittman ha señalado que la ubicación y concepción de estas cabañas responde a la pasión de los propietarios "como ávidos observadores de aves y naturalistas. Querían crear un retiro familiar al aire libre que los sumergiera en la quietud del bosque y capturara la delicada luz del sol de Washington y vistas hacia el Canal Hood y las montañas". Y todo con un diseño que facilitara la vida actual, con las comodidades necesarias, pero teniendo en cuenta que las fachadas se integraran con las tonalidades del entorno.
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La cabaña original, realizada en cedro oscuro y prácticamente sin ventanas, hacía que los propietarios se sintieran muy aislados de la exuberante naturaleza que los rodeaba. De ahí la nueva concepción de diseño y la idea de crear otros espacios en lo que poder alojar a familiares y amigos, manteniendo cada uno su independencia.
Esta casa en mitad del campo tiene un diseño de líneas rectas y sencillas, casi cúbicas. El arquitecto Wittman aprecia especialmente este tipo de idea en las construcciones porque le recuerdan a su infancia rural en un rancho en el norte de Idaho. Su objetivo es que las personas “experimenten la belleza de la naturaleza a través de la arquitectura”.
En el porche, Wittman ha usado cedro aserrado en bruto en el suelo para marcar los "límites" entre la casa y la naturaleza. Una vez sobrepasado el techado, la cabaña de madera se abre por completo a la naturaleza.
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Las vigas y los revestimientos recuperados de la cabina original se han rediseñado en esta casa de madera en mitad del campo y dado un nuevo uso como encimeras o revestimientos interiores. Todos los interiores son sencillos y cuentan con el mismo estilo con predominio del uso de la madera en muebles y revestimientos. Sin embargo, la nota más contemporánea la ponen los sutiles detalles en color negro -tiradores, perfiles, perchas…- que destacan sobre el tono natural y lavado de la madera.
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"Buscamos disolver las barreras entre el interior y el exterior, entre el bosque, el jardín y la estructura", matiza Wittman. De ahí que la zona de estar cuente con un amplio ventanal que comunica con el porche. La decoración es sosegada a base de muebles de líneas sencillas y tonalidades neutras. Se ha huído del estilo rústico en su cocepción más purista aunque sin alejarse del confort y calidez inherente a esta tendencia.
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En la zona de día comparten espacio el estar, el comedor y la cocina. Esta se decora también con muebles altos y bajo en madera en la misma tonalidad que el revestimiento de las paredes. Unidad total. Además, la cocina tiene continuidad con el exterior donde parece prolongarse en un módulo bajo con espacio de trabajo y barbacoa integrada.
Aquí se aprecia un detalle más cercano de la cocina, que cuenta con electrodomésticos acabados en acero inox, lo que pone una nota actual al conjunto. Sobre la línea de módulos altos se ha abierto todo un vano acristalado para que la luz entre desde todas las caras de la construcción y también la vista de la vegetación circundante, de manera que siempre se mantenga esa conexión con el exterior.
Esta casa de campo cuenta con un dormitorio integrado en el salón, totalmente abierto y rodeado de ventanales. Solo el cabecero se diseña como una pieza de madera en la que encaja la cama y que integra dos hornacinas retroiluminadas a modo de mesitas de noche.
Este es un detalle del dormitorio independiente con el que cuenta esta casa de campo. En él, además de la cama, una cómoda suspendida se adapta en tamaño al retransqueo de la planta. Tanto paredes como suelos, techo y puertas guardan continuidad visual al estar acabadas en el mismo tipo de madera. Se crea una sensación de confort al tiempo que se logra un buen aislamiento térmico y acústico.
El baño también es un espacio amplio, diseñado con varias zonas y que no pierde la conexión con la naturaleza. Un tabique separa la ducha -revestida con azulejos en color blanco y grifería mural- de la bañera, ubicadas en el mismo frente. En el lado contrario, una mesa tipo consola en madera es el mueble del lavabo con un diseño sobreencimera en porcelana blanca.
Incluso en este ambiente, la casa de madera no pierde su seña de identidad y mantiene el predominio de este material en los revestimientos del suelo, techo y paredes, salvo en las zonas en las que es absolutamente necesario el uso de otro revestimiento por el contacto directo con el agua.
Al fondo de la planta una bañera de hierro fundido, recuperada de la antigua casa de madera, que se ubica junto al ventanal para disfrutar de las vistas, sumergido en un baño de espuma.
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