Arte es lo que le sobra a este piso diseñado por Disak Studio, ya que incorpora de manera natural y sin esnobismo, la fotografía, pintura y escultura de artistas emergentes. Este estudio de arquitectura interior hace de la unión del arte con la decoración y el interiorismo una de sus señas de identidad.
Situado en pleno barrio de Salamanca (Madrid), esta casa de 300 metros cuadrados hace de la luz y la amplitud dos valores añadidos a su privilegiada situación. El salón, núcleo de la vida social, está dividido en dos zonas: la de estar, delimitada por una gran alfombra; y un rincón de ‘bar’, con una gran estantería con puertas, que esconde un mueble bar, y una mesa alta con taburetes, ideal para tomar una copa.
La entrada de esta vivienda madrileña es un prefacio de cómo va a ser el interior. Llama la atención la belleza de las paredes y el techo (por si no lo sabías las molduras son uno de los ‘hits’ de temporada) y la espectacular consola, una pieza muy práctica para dejar las llaves y el móvil. Por supuesto, las lámparas, una opción mucho más cálida y personal que los halógenos empotrados, y los cuadros ayudan a crear una estilosa bienvenida.
La atemporalidad es uno de sus rasgos de los proyectos de Disak Studio. Arriesgados, sin caer en el exceso, Cristina Ramírez de Ganuza y Jerome Le Fouillé, no se dejan ‘manipular’ por las tendencias, diseñando interiores que perduran en el tiempo, mezclando sabiamente lo clásico y lo moderno.
La amplitud, distribución y luminosidad de los espacios van configurando una vivienda cómoda para vivir y llena de energía. En el salón, la luz se cuela por los grandes ventanales y se refleja y multiplica en los espejos que enmarcan una bella pintura. Una delicada paleta cromática unifica las estancias, donde las piezas y los textiles armonizan con las obras de arte. Nos encanta ese guiño azul y neutro de los muebles, cojines y alfombra, a juego con el cuadro que decora la estancia.
Este rincón del salón nos encanta por su aire sofisticado y ‘chic’, muy años 50. El mueble bar está oculto en la espectacular estantería, con puertas tan perfectamente ocultas, que cerradas simulan una pared. Las mesa alta con taburetes recrean aún más la sensación de esos años, mientras que la iluminación y el techo son el broche perfecto al ‘glamour’ del ambiente.
“Serenidad y equilibrio son las dos palabras que mejor definen los espacios de esta vivienda. Un juego perfecto y ecléctico entre modernidad y clasicismo. Los espacios respiran serenidad, gracias a sus tonos suaves y sus materiales nobles”, señalan Cristina y Jerome, fundadores y almas de Disak Studio.
El comedor, que se independiza del salón mediante dos puertas correderas, juega con los colores del salón (tonos suaves y azul) y con la riqueza de los tejidos. El arte sigue siendo hilo conductor y nexo de unión de las diferentes estancias.
Los 300 metros cuadrados de esta vivienda madrileña crecen debido al buen uso de la luz natural y al empleo de puertas correderas para separar los diferentes espacios. Estas de cristal favorecen la circulación de la luminosidad de un ambiente a otro. La cocina con office mantiene la misma línea decorativa del resto de la casa, aunque por motivos prácticos el pavimento es distinto al del comedor de diario.
En viviendas con mucha vida (y moradores), el office es siempre un ‘pulmón’ y un lugar de encuentro. Ideal para el desayuno es también una buena alternativa en las comidas de diario. Hay que destacar la lámpara de techo, un diseño a juego con las dos grandes puertas correderas de cristal.
El arte tiene la capacidad de personalizar, enriquecer y embellecer los espacios, incluso las zonas de paso, las grandes olvidadas de la decoración. Cristina y Jerome, de Disak Studio, han convertido un frío pasillo estrecho en un agradable espacio de tránsito y comunicación entre las estancias, gracias a la escultura, el pavimento de madera y la unidad cromática de puertas y paredes.
“Damos mucho valor a los textiles y revestimientos, ya que poseen la capacidad de transformar cualquier espacio. La combinación entre algodón, terciopelo y papeles pintados de lino crean una decoración con mucho ritmo, suntuosidad y riqueza”, afirman los artífices del proyecto. Prueba de ello es este dormitorio, uno de los cinco que tiene la vivienda, donde texturas y telas arropan y envuelven, creando una atmósfera cálida y acogedora. Entre las buenas ideas que tiene el espacio, destaca la zona de despacho junto a la ventana. Una manera de sacar partido a los metros cuadrados.
300 metros cuadrados dan mucho de sí, tanto como para contar con cuatro habitaciones con baño y una quinta, que es la suite principal, con vestidor y baño. Todas ellas han sido decoradas con mimo, jugando con textiles de tacto agradable, materiales nobles, como la madera, y una iluminación cálida (espectaculares las dos lámparas de suspensión).
El arte es una parte esencial de cada proyecto decorativo de Disak Studio. En este piso madrileño, los cuadros, esculturas y fotografías se integran en cada estancia de manera natural, enriqueciendo los ambientes y llenándolos de personalidad. También destaca la belleza de la ‘caja’ con las molduras del techo, la espectacular pared y las puertas correderas, que independizan o comunican los espacios, sin ‘restar’ metros útiles.
Los cuartos de baño respiran ese ambiente sofisticado y ‘chic’ que envuelve a toda la casa. Este ha optado por el negro (uno de los colores fetiche del estudio de arquitectura interior) para vestir la encimera, el arrimadero de la pared, la grifería y el suelo. Para potenciar las dimensiones del espacio, se ha optado por un gran espejo que recorre la pared.
En este cuarto de baño el color blanco y la madera ayudan a crear un espacio ‘zen’, ideal para momentos de placer. Además, al tratarse de un baño para compartir, Cristina y Jerome han optado por instalar dos lavamanos, lo que resulta muy práctico para el día a día. Las puertas de cristal son otro de los elementos recurrentes de la vivienda, ya que independizan sin empequeñecer.