10 NOVIEMBRE 2003
Letizia Ortiz, que fue al colegio Gesta, de Oviedo, sintió desde muy niña la pasión por el periodismo, quizá heredada de su abuela paterna, Menchu Alvarez del Valle, locutora de radio famosa en todo el Principado de Asturias. Seguro que fue a través de ésta cuando, con tan sólo doce años (en 1984), acudió a los estudios de Radio Oviedo con un grupo de compañeras de clase y tuvo la oportunidad de debutar ante el micrófono. Eran, de alguna manera, sus primeras prácticas, por más que, con el tiempo, eligiera los medios audiovisuales (en los que, de ser otros tiempos, sin duda, hubiera triunfado también su abuela, bella mujer y de elegante presencia) en vez de los radiofónicos.
La noticia del compromiso de Letizia y el Príncipe trastocó de alguna manera a toda la familia de la joven periodista. Así, su hermana menor, Erika, que es madre de una niña, Carla, al ser fotografiada cuando iba a recoger al colegio de Madrid, donde viven, nos decía: “Letizia está muy feliz desde hace unos meses… y ahora mucho más”. Asimismo, comentaba: “Al verlos a los dos, a mi hermana y al Príncipe, se nota que respiran amor por todos los poros”. Y también dijo: “No me podía imaginar que uno se puede sentir tan agobiado y que una cosa así fuera incluso tan estresante. Pero, en fin, debo reconocer que toda la familia está muy contenta”.
Por su parte, los abuelos maternos de Letizia, Francisco Rocasolano y Enriqueta Rodríguez, que viven en Alicante (concretamente en un bloque de viviendas del barrio de San Gabriel), nos dijeron: “Nuestra nieta es una chica muy normal, muy cariñosa y muy lista”.
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