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El primer viaje oficial de Donald Trump al extranjero está dejando un sinfín de imágenes que ya forman parte de la historia. Si durante su desembarco en Israel el gesto de la Primera Dama rechazando la mano que le tendía el Presidente ha dado la vuelta al mundo, este encuentro de la familia Trump con el Papa Francisco en el Vaticano también están siendo de lo más comentada. Una visita “cordial, según la Santa Sede, en la tanto Melania como Ivanka se enfrentaban a un nuevo examen. ¡Las Trump frente al Papa!

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Melania e Ivanka acompañan a Trump en su primera gira internacional como Presidente, una gira que comenzó el sábado en Arabia Saudí, continúo en Israel, ahora les ha llevado al Vaticano y que finalizaran con las cumbres de la OTAN en Bruselas y el G7 en Sicilia. Durante su paso por Riad fue comentada la decisión de la Primera Dama y de la hija del Presidente de acudir a los actos oficiales con la cabeza descubierta, ya que fue lo mismo que hizo Michelle Obama en el año 2015 y entonces Donald Trump le criticó. "Mucha gente está diciendo que es maravilloso que la señora Obama rechazara vestir el velo en Arabia Saudí, pero ellos fueron insultados. Ya tenemos suficientes enemigos", escribió entonces el multimillonario en su cuenta de Twitter. Para su encuentro con el Papa Francisco, la mujer y la “Primera Hija” –como ya se conoce a Ivanka- atendieron al protocolo vaticano.

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El protocolo formal vaticano para las audiencias papales -a excepción de las reinas católicas que pueden hacer uso del "privilegio de blanco"- recomienda que las mujeres utilicen un vestido negro sin ningún escote, mangas que cubran los brazos, falda por debajo de la rodilla y una mantilla. Es cierto que desde los años ochenta el código de vestimenta se ha flexibilizado y en los últimos años hemos visto a Rania de Jordania vestida de negro con un velo blanco, a la Reina de Inglaterra con uno de sus clásicos trajes de color con sombrero a juego, a Amal Clooney  apostar por un sombrero tipo turbante o Angelina Jolie con la cabeza descubierta. En ese sentido, el velo corto tipo “blusher” en malla de Ivanka, un pilar en la Administración Trump, también es poco frecuente.

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Como es habitual en estos casos el Papa se reunió con el Presidente en la biblioteca papal en privado antes de dar paso al encuentro con la Primera Dama y con las delegaciones, entre los que están Ivanka y su marido. La conversación duró 27 minutos y en ella, según la Santa Sede, se produjo un “intercambio de puntos de vista sobre algunos temas relacionados con la actualidad internacional y la promoción de la paz en el mundo”. El encuentro se preveía tenso, ya que el Papa ha mostrado en alguna ocasión sus discrepancias con algunas de las medidas que propone el Presidente de Estados Unidos, sobre todo en lo relativo al muro con México. Sin embargo, según la Santa Sede, el diálogo fue “cordial”.

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Melania Trump se cubrió la cabeza con una pequeña mantilla y apostó por un vestido negro con un abrigo de encaje de Dolce & Gabbana. Las apariciones y los discursos de la Primera Dama hasta ahora son medidos con cuentagotas y en las últimas 24 horas ha tomado un protagonismo inesperado con el gesto con el que rechazó la mano de su marido.

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En este tipo de audiencias se produce un intercambio de regalos y el Papa entregó una cajita blanca con un rosario bendecido por él a cada uno de los miembros de la delegación, entre ellos en la imagen se puede ver al marido de Ivanka Trump, Jared Kushner, asesor de Donald Trump.

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