Gisela ‘confidential’: de su experiencia tras las puertas de OT a su relación actual con Bustamante y Rosa López

Afortunadamente, ha tenido un excelente compañero de viaje. Su pareja, Jose Ángel, a quien lleva unida desde hace casi una década y que estuvo en todo momento insuflándole ánimo, dándole cariño e, incluso, tal y como nos cuenta, pinchándola cuando ella no tenía tino o fuerzas para hacerlo. Que a nadie le gustan las agujas y, sin embargo, Gisela ha vivido al filo de estos artilugios médicos mucho mucho tiempo. Años. 5 ó 6, los que ha tardado en, por fin, quedarse en estado. ¿De dónde le venía a Gisela este instinto maternal tan inasequible al desaliento? Pues ella relata que su deseo de ser madre ha sido más by proxy que innato. Es decir, que ella nunca antes había sentido esa necesidad hasta que lo encontró a él. Porque, obviamente, antes de su actual pareja hubo otras parejas.

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A ver, “menos que Madonna, pero más que Lady Di”, como le confesaba Andy McDowell a Hugh Grant en Cuatro bodas y un funeral... Y retrotrayéndonos en el tiempo, hubo una de la que se habló mucho, pero se supo poco. Sí, exacto. David Bustamante. Ellos protagonizaron muchas páginas de revista teenager y no “tan teenager”. Corrían los tiempos de OT1, cuando ambos se dieron a conocer y formaron parte de uno de los grandes, si no, el mayor, fenómeno televisivo de los 2000. De aquello han pasado 22 años, o sea, ha llovido lo suyo y, sin embargo, sigue provocando noticias. De todas ellas, hablamos también con Gisela. Del cántabro, de su club de amigas, de Rosa… Y la cosa comenzó así, de la manera más natural y más generosa posible, porque esta cantante es lo que tiene. Ella da y da y da sin esperar nada a cambio. Y eso nos hace constatar que, efectivamente, será una madre excelente.

- ¿Habías querido ser madre antes de estar con José? 

- No.

- ¿Pero sí habías tenido otras parejas sentimentales?

- Sí, había estado en pareja, pero no me había llegado el instinto. Al contrario, decía: “Uf, quita, quita. Que yo no traigo a este mundo nadie, que ya bastante tenemos con el cambio climático…” (risas).

- ¿Hay algo que no sepamos, Gisela, de aquel confinamiento en la casa de Operación Triunfo?

- Nada. No hubo orgías ni nada por el estilo. Te lo confirmo desde aquí (risas).

- Pero hubo tanto rumores de que hubo cosas… 

- Para nada. Éramos jóvenes, claro, ¿Qué quieres? Algo pasaba… Con veinte años y todos encerrados. Pues el roce hace el cariño. Pero uno con uno. Y ya.

Sobre Bustamante nos dice: “Éramos muy jóvenes, empezamos nuestras carreras y, entonces, no queríamos mezclar una cosa con la otra. Pero, ahora, dos décadas después pues, ya está, surgió”

- Te costó 20 años contar que tuviste un affaire con David Bustamante… 

- Uy, sí (risas). Pero bueno, es que ya eso lo tengo tan, digamos, en el córtex preoccipital, que es como algo muy natural… Pero sí, éramos muy jóvenes, empezamos nuestras carreras y, entonces, no queríamos mezclar una cosa con la otra. Pero, ahora, dos décadas después pues, ya está, surgió. Y tampoco lo dije como una exclusiva, ni nada de eso, sino que surgió en una conversación en un programa de televisión en el que estaba muy a gusto y me hizo gracia contarlo.

- Pero a todo el mundo le sorprendió aunque siempre hubiera sido un rumor a voces… ¿Fue así? ¿Como lo definirías?

- Fue un rollete. Un escarceo.

- Y ahora, no tienes ningún tipo de relación con él….

- No, no, no. Hace mucho tiempo que no tenemos relación. Cada uno, su vida y bien. O sea, cuando nos vemos, que desgraciadamente nos vimos en el entierro de Álex, súper bien. O sea, tengo muy buena relación con David.

- Déjame hacerte otra pregunta relacionada con OT. Se ha hablado muchísimo estos días del documental de David Bisbal. Sabes que en ese docu no habla de Chenoa. ¿verad?

- ¿Pero no la nombra?

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- Ni siquiera. ¿Cómo crees que le ha podido afectar a tu amiga? 

- Yo creo que Laura está muy por encima ya de éso. Que han pasado ya muchos años, han pasado muchas cosas… Luego vino el reencuentro, luego vino la cobra, luego vino… Y Laura, oye, se ha casado.

- Pero, va, ¡mójate!

- A ver, yo lo veo raro, lo encuentro extraño, que al final es un documental que ha hecho él para él y explicando él lo que ha querido y ha querido dejar bien claro que ése fue un momento duro de su vida y que ha querido borrar. Es que es lo que se desprende, ¿no? Yo no lo entiendo porque, al final, todas son experiencias en la vida. Aquéllo fue una cosa que vivió toda España de una manera muy intensa y creo que no le perjudica en nada. Ahora, ¿que en su momento él sintió que hizo una caza de brujas con él por cómo lo hizo y tal? Creo que eso le traumatizó y lo ha querido obviar y borrar, pero creo que, haciendo lo que hace, le da más importancia, que si lo hablara de una manera natural. Que dijera: “Fue una etapa de mi vida que hice ahora yo muy joven, no lo afronté de la mejor manera. Lo siento”. O “no lo siento”, ¿sabes? Pero, creo que hablar las cosas de una manera natural le quita esto mismo: que ahora estemos hablando de esto precisamente.

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- Oye, ¿tus amigas de OT saben que estás embarazada o se van a enterar con esta entrevista? 

- Van a flipar. Igual las aviso justo antes (risas).

- Hablando de esa amistad, tú siempre has tenido tu grupo de amigas, son las de siempre y para siempre, ¿no?

- Eso es. Chenoa, Natalia, Geno y Nuria. Con Nuria tengo un poco menos de relación, pero el vínculo es fuerte. Ese sería mi grupo.

- ¿Habláis de vez en cuando? 

- Sí, constantemente. Tenemos un chat. Con Geno y con Natalia y con Laura hablo cada semana mínimo. O cada día. Y además ellas están organizando quedadas a las que todavía no he ido, porque no he podido viajar pero, en cuanto pueda, me voy a verlas. Tenemos un grupo muy bonito de amistad y de apoyo yo también. Hacemos cafés virtuales. Estamos muy en contacto sí.

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- Entiendo que Rosa… ¿se ha caído de ese grupo de amigas?

- Rosa es que… No sé. Yo creo que está con sus cosas, con su nueva vida, con su centrada en sus proyectos. Pero para mí Rosa siempre va a ser bienvenida a mi vida. Tengo mi corazón y mi casa y mis manos abiertas para lo que ella pueda necesitar. Y ya está.

- Veintidós años ya de ese Operación Triunfo. ¿Te lo puedes creer?

- ¿Veintidós años? Es imposible.

- Y estás estupenda. Estás mejor que antes…

- Ni una arruga (risas) Pero, sí, han pasado. Y lo guay es que todavía sigo dedicándome a la música, vivo de ella. Tengo mucho trabajo. Porque mantenerse no es fácil y me siento muy orgullosa de mi carrera.

- ¿Qué le dirías a la Gisela de hace 22 años? Sabiendo lo que sabes a día de hoy, claro.

- Que, sin perder la humildad, se lo creyera más. Que disfrutara más de los momentos álgidos. Porque con el miedo de que se te suba la cabeza, yo, en mi caso, siempre he ido un poco “como pidiendo perdón por la vida”. Y a veces no hace falta tanto. Hay que disfrutar el momento y, si te has ganado un momento de gloria… A tope con él. Y que se rodeé de gente buena en esta profesión, gente profesional, pero a la vez que sea gente buena, que realmente crea en ti no solamente como un producto, sino como persona. Y también le diría: “Congélate unos óvulos, chica”. Congélate unos óvulos, que parece que estamos estupendas por fuera, pero la biología no perdona. Tendría que ser obligatorio hacerse un estudio de tu reserva ovárica. Aunque tengas 25 años, que hay chicas que tienen 25 años y ya no tienen una reserva ovárica correspondiente a su edad, para que, así, puedas decidir si quieres ser madre, aunque no lo quieras en ese momento, pero sí, igual, en un futuro.