Estocolmo, un paseo por la ciudad de los
premios Nobel

Y si el arte le fascina, es una buena idea ir por el Museo Nacional, en el que podrá disfrutar de una excelente colección de iconos rusos y de magníficos cuadros de Rembrandt, Rubens, y las escuelas flamenca y española, o el Museo de Arte Moderno (en la isla de Skeppsholmen), diseñado por el arquitecto español Rafael Moneo con motivo de la capitalidad cultural de la ciudad en 1998. Pero, si de arte se habla, no hay que olvidar un paseo por alguna de las estaciones de la red de metro de la ciudad, una auténtica galería subterránea.

Pero, sobre todo, Estocolmo merece un paseo en barco, recorriendo las aguas del lago Mälaren y del Mar Báltico, que discurren sinuosas entre cada islote. Y es que no hay que olvidar que el agua cubre una tercera parte de la superficie de la ciudad. De hecho, cualquiera puede darse un baño (tal vez diciembre no sea el mes más adecuado...), pescar o incluso visitar el primer parque nacional urbano del mundo, Hagaparken. Y, aunque en diciembre la ciudad se ‘pone guapa’ con la entrega de los premios y le dará la posibilidad de ver a los habitantes patinando sobre hielo entre las islas, no hay que olvidar que los meses de junio y julio se puede disfrutar del sol de medianoche, un espectáculo maravilloso en el que hay luz casi toda la noche. ¿No le seduce la idea para su próxima escapada?