Sin rumbo fijo (y sin prisa) por las calles más bonitas de España

CARRERA DEL DARRO, GRANADA

Descubrir el fascinante barrio del Albaicín tiene el aliciente añadido de recorrer esta preciosa calle que discurre junto al río del mismo nombre y es uno de los paseos más bellos de la ciudad. Un hilo de piedra de embrujo intimista que une la ciudad vieja y la nueva, la de las calles moriscas y encaladas de sus barrios más auténticos y la Granada renacentista y barroca. Su suelo empedrado, los pequeños puentes de piedra, las fachadas de los de los edificios que se asoman al camino, las iglesias mudéjares y los baños árabes más antiguos de España que se abren a ella embelesan de principio a fin.

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SAN AGUSTÍN, LA LAGUNA

Abruma el número de edificios históricos que se alzan en esta calle del centro histórico de San Cristóbal de La Laguna, la ciudad colonial tinerfeña Patrimonio de la Humanidad que fue modelo para otras muchas del Nuevo Mundo. Empezando por la Casa Salazar, ahora sede del Obispado, el antiguo convento de San Agustín –ahora un instituto–, la iglesia y hospital de Nuestra Señora de los Dolores, el Museo de Historia y Archivo Insular y un buen número de coloridas casas que la embellecen. Dos de ellas a destacar, la Casa de Montañes y la Casa de los Jesuitas, primera sede de la Universidad de San Fernando, predecesora de la Universidad de La Laguna.

CALLEJA DE LAS FLORES

En pleno barrio de la judería se esconde esta calleja, estrechita y sinuosa, que sube en suave pendiente hasta la pequeña plazoleta en la que desemboca. A un lado y a otro, balcones enrejados llenos de flores que no solo le dan nombre, también aromatizan el agradable paseo. Desde la fuente situada en el centro de la plazoleta se disfruta de una de las vistas más bellas de la torre de la Mezquita-Catedral, que queda ahí al lado.

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BALBORRAZ, ZAMORA

La plaza Mayor de Zamora está unida con el Duero por esta colorida calle en pendiente que en otra época fue centro de artesanos y comerciantes y dieron nombre a las calles vecinas: la del Oro, la Plata, Caldereros, Zapatería… Pero si hablamos de otro arte, también cuenta con buenos ejemplos de modernismo, empezando por la Casa de Mariano López o la de Faustina Leirado, ambas obras de Francesc Ferriol, decoradas con miradores, balcones y ricos motivos como se estilaba a principios del siglo XX.

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PASEO DEL PRADO

La primera alameda urbana del mundo se trazó en Madrid y fue inspiración para otros paseos arbolados de ciudades españolas y de América. Un bello boulevar con historia que la Unesco ha incluido en su lista del Patrimonio de la Humanidad –junto con el Parque del Retiro- y se extiende entre la plaza de Cibeles y la glorieta de Carlos V. Desde el siglo XV ha sido un lugar de paseo de los madrileños, luego Felipe II se encargó de embellecerlo y más tarde se decoró con palacios y fuentes como las de Cibeles, Neptuno y Apolo, bajo el reinado de Carlos III. Integrado en la vida diaria de los madrileños, hoy en este gran espacio urbano en el corazón de la capital se disfruta de la cultura, las ciencias y la naturaleza.

COMPAÑÍA, SALAMANCA

Estudiantes y turistas van y vienen a diario por esta calle peatonal del casco histórico de Salamanca que se extiende desde la Clerecía hasta el Palacio de Monterrey. Un paseo por ella nos irá descubriendo algunas de las joyas patrimoniales de la ciudad, empezado por el antiguo Real Colegio del Espíritu Santo de la Compañía de Jesús, que le da nombre, hoy sede de la Universidad Pontificia, y junto a él, la Casa de las Conchas, la iglesia de San Benito y varios conventos antes de llegar al palacio de la Casa de Alba.

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MARQUÉS DE LARIOS, MÁLAGA

Ese es su nombre completo, aunque todo el mundo la conoce como Larios, la arteria principal de la ciudad y la más fotografiada. Para las compras –es una de las calles comerciales más caras de España­–, para ver a la gente pasar, para admirar sus elegantes edificios decimonónicos de esquinas redondeadas. Todo sucede en este tramo que une la plaza de la Constitución con la de la Alameda, ya sea Navidad, Carnaval, la Feria de Málaga o la Semana Santa.

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SAN PEDRO, OSUNA

No lo decimos nosotros, lo dice la Unesco, esta calle del pueblo sevillano de Osuna es la más bonita de Europa. Por su belleza y estética y porque en sus 300 metros de largo se suceden suntuosos palacios y casas solariegas de todos los estilos arquitectónicos. Algunos de ellos tienen ahora una nueva vida como museos, restaurantes y hoteles, como el palacio del Marqués de la Gomera, el que más llama la atención por su portentosa portada blanca de estilo colonial, sus columnas toscanas sosteniendo un artístico balcón y su torre-mirador en esquina.

RÚA DO VILAR, SANTIAGO

Con las rúas do Franco y Nova, la rúa do Vilar compone la trilogía de calles más importantes del casco histórico de la capital gallega, que desemboca en la plaza de las Platerías. Sus soportales, bajo los que se cobijan bares y comercios, y sus caserones nobles con grandes escudos, trabajos de cantería y forja ornamental le dan identidad, entre ellos la Casa del Deán, el pazo de Monroy, el viejo Casino de Santiago –en el que disfrutaron personajes como Valle-Inclán o Saramago– o el pazo de Vaamonde.

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CALLE BETIS

En el barrio más auténtico de Sevilla al otro lado del Guadalquivir y asomada al río, la calle Betis despunta por sus casas estrechas de coloridas fachadas, sus vistas a la Torre del Oro y a la ciudad más monumental y la animada vida que le dan los bares y restaurantes que abren sus puertas y terrazas entre la plaza de Cuba y la del Altozano. ¿Algún monumento a destacar? Claro que sí, la llamada Casa de las Columnas, levantada sobre la que fue la Universidad de Mareantes, donde se formaban los marineros que desde Sevilla partían al Nuevo Mundo.

PASEO DE GRACIA, BARCELONA

Con permiso de Las Ramblas, no hay avenida en Barcelona que despierte más interés que este paseo que une la plaza de Cataluña con la avenida Diagonal. Mucho tiene que ver que concentra dos de las mejores obras modernistas de Gaudí: la Casa Batlló y la Casa Milá, más conocida como la Pedrera, en la lista del Patrimonio de la Humanidad, pero no se conforma con ello y este boulevar de algo más de un kilómetro y medio reúne también pequeñas galerías de arte, las más elegantes y prohibitivas boutiques, otras más asequibles, hoteles de lujo y restaurantes con estrellas Michelin. Por tener, este escaparate tiene hasta su propia web (barcelonapaseodegracia.com).

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