FERRARI: UNA PELÍCULA, UNA CIUDAD, UNA HISTORIA
La ciudad de Módena, situada al norte de Italia en la región de Emilia-Romaña, es famosa por dos cosas. Primero por su vinagre balsámico, el "oro negro de Módena" le llaman, reconocido mundialmente por su sabor se ha convertido en uno de los grandes embajadores de esta ciudad. Y segundo, por ser la cuna de los coches más bellos y rápidos del mundo: ferraris, maseratis y lamborghinis, grandes emblemas del lujo que se fabrican en el conocido como Valle del Motor (Motor Valley), con epicentro en la ciudad de Módena.
Este segundo motivo gana más peso que nunca en estos meses, con el reciente estreno (en el mes de febrero) de Ferrari, la película del director Michael Mann que ha llevado a la pantalla la historia de Enzo Ferrari (Adam Driver), nacido en Módena, la ciudad que le inspiró durante toda su vida. La historia nos traslada al verano de 1957, un momento de crisis para el expiloto, cuando la quiebra amenaza la fábrica que tanto él como su esposa, Laura Garello (Penélope Cruz), construyeron de la nada. Enzo y Laura se enfrentan a un momento delicado para la pareja, tanto por la pérdida de su hijo Dino, un año antes, como por el descubrimiento de que Enzo Ferrari tenía un hijo con Lina Lardi (Shailene Woodley), una de las trabajadoras de la fábrica, algo que sabía todo Módena menos ella. En medio de estos conflictos, Ferrari lo apuesta todo a una emblemática carrera, la de Mille Miglia, que atraviesa Italia.
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