Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el entorno de Bad Ischl no puede ser más espectacular, fuente de inspiración para grandes artistas, como Gustav Klimt o los compositores Brahms, Schubert o Lehár. El emperador Francisco José tenía aquí su residencia estival. Fue en esta villa, a 50 kilómetros de Salzburgo, donde conoció en 1853 a su esposa, la princesa Isabel de Baviera, la popular Sissí, de la que quedaría prendado al instante, y en la que pasaría casi todos los veranos de su vida. Tras firmar la declaración formal de guerra a Serbia, que desencadenaría la Primera Guerra Mundial, no volvería a pisarla.
También lee: Los 20 lugares más bonitos de Austria