6. UN BAÑO EN LA PLAYA DE S’ESPALMADOR
Para acabar, después de andar arriba y abajo, se impone un baño refrescante en la playa de S’Espalmador. Las escasas lluvias (menos de 400 mm. al año) hacen que el aporte de sedimentos por arrastre al mar sea casi nulo y que las aguas tengan una excepcional transparencia. Es como bañarse en un acuario. Y es el sueño de los buceadores, que en Cabrera recorren maravillados sus acantilados submarinos, violentas caídas del fondo con paredes verticales que descienden hasta los 90 metros. También son frecuentes las cuevas sumergidas, que en algunos casos atraviesan de lado a lado islotes enteros.
Para el buceo con botella, está la zona de Punta Galiota. Diariamente se extienden permisos a todos aquellos que quieran explorarla. Para hacer snorkel, es idóneo el itinerario marino, entre Sa Platgeta y S’Espalmador, a lo largo del cual se pueden ver estrellas de mar, nacras, pulpos, meros y corvinas que se acercan al humano sin ningún recelo. Así era (y es) el paraíso.
También lee: 15 espacios naturales únicos en España para disfrutar de la vida silvestre