El Cantábrico, el clima y la abrupta orografía han modelado el carácter de esta región y de las gentes que habitan en los pueblos que salpican los valles, laderas y costas de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. Elegir entre ellos los 16 más bonitos no es tarea fácil, porque podrían salir 40 más donde el mar, la naturaleza y la gastronomía se confabulan. Aquí va nuestra selección:
MUNDAKA
En la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, Mundaka es un pueblo entregado al mar, con estrechas callejuelas que desembocan en su diminuto y encantador puerto pesquero, casonas hidalgas que se alternan con viviendas de pescadores y miradores como los de la Atalaya y Santa Catalina. Hay una Mundaka invernal, de días tranquilos y discurrir apacible; y otra estival, cuando se convierte en un animado centro de turismo y veraneo y sus calles y playas revientan de gente que buscan el baño o el txikiteo en sus bares. Y aún una tercera, otoñal, de marcado carácter deportivo, cuando en ella se reúnen surfistas de medio mundo en busca de su famosa ola izquierda.
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