Archipiélago de las Espóradas: las islas de ‘Mamma Mia’
Apartado durante décadas de los circuitos turísticos, pese a su corta distancia desde Atenas, este archipiélago alimentado por la mitología y escenario de la famosa comedia musical, conserva intacto un paisaje que es pura esencia mediterránea. El de unas islas que emergen del Egeo como montañas de verdor, anilladas por un rosario de calas recoletas en las que los pinos se extienden hacia un mar que regala el azul más profundo.
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Dicen que la extrema belleza de las Espóradas trajo de cabeza a ciertos dioses del Olimpo como Apolo y Hermes, enamorados de estas islas secretas que se cuentan entre las más verdes de Grecia. Hoy, cuando ya no quedan héroes ni poetas, este archipiélago escondido en una esquina del Egeo, al norte de las mediáticas Cícladas, sigue siendo (casi) aquel paraíso de la Antigüedad. Alejado de los circuitos turísticos, pese a hallarse a tan solo dos horas de la capital griega, tuvo que llegar el rodaje de la película Mamma Mia, en 2008, para que se desvelara su misterio.
Fue entonces cuando le llegó el boom a estas once islas dispersas como esporas (de ahí su nombre), de las que tan solo cuatro están habitadas. Pero ni las canciones de ABBA ni la huella de Pierce Brosnan y Meryl Streep logran eclipsar la atracción que ejercen sus paisajes inalterados, los ecos de las civilizaciones perdidas y las aldeas marineras que condensan toda la magia del Mediterráneo.
Por su cercanía al continente, Skiathos es la más visitada, sobre todo por familias que acuden para disfrutar de sus más de 60 playas. Especialmente de Koukounaries, en el sur (para algunos la mejor del país), pero también de Elia y otras calas salvajes del norte, a las que se llega por abruptas y sinuosas carreteras entre pinares. Una de ellas, Lalaria, la más exclusiva, tan solo permite el acceso en barco. Más allá de sus arenales, hay quien se sorprende con los pintorescos monasterios y las tabernas que irrumpen en lo alto de las montañas. Después, cuando el sol se oculta, la animación está garantizada en la llamada Capri del Egeo.
De la isla de Skiathos sorprenden sus monasteriosy tabernas en lo alto de las montañas
Más tranquila resulta Skopelos, a pesar de que en el monasterio de Agios Ioannis, encaramado sobre un peñasco, tuvo lugar la famosa boda de la citada comedia musical (la segunda parte, Mamma mia una y otra vez, ya se rodaría en Croacia). Esta isla, dominada por un encantador pueblo que bordea la bahía para ascender después por una colina, tiene su gran atractivo en el paisaje, allí donde los viñedos y olivares sacan provecho de la tierra.
Frente a ambas, la isla de Skyros pervive alejada de los focos, anclada en una autenticidad que bebe de héroes mitológicos, piratas y bizantinos. Todos ellos dieron forma a un territorio con pueblos sin tráfico rodado, fortalezas venecianas y monasterios como el de San Jorge. Pero es su comunidad artística lo que más llama la atención. Talleres de alfareros, pintores, escultores y tejedores pueden visitarse en pueblos como Magazia y Atsitsa y en la propia ciudad de Skyros. Menos antigua es otra tendencia que abraza la isla desde los años setenta: los cursos de bienestar y artes alternativas que atraen a visitantes de todo el mundo. Queda Alonissos, tal vez la más tentadora de todas. Una isla tapizada de bosques y atravesada por una red de caminos que son un regalo para los senderistas.
Alonissos es una isla tapizada de bosques,y su red de caminos,un regalo para los senderistas
Patitiri, la capital, es un espectáculo de casas blancas encajadas entre dos acantilados, cuya belleza compite con la de Chora, el pueblo que se desparrama sobre una colina. Y aunque no faltan playas estupendas como las de Kalamaki, Milia y Steni Vala, es el mar el gran atractivo del lugar, con una pureza que le ha valido la declaración como parque marino nacional. Sus grutas son un oasis para la foca monje del Mediterráneo, en la lista de las 20 especies en mayor peligro de extinción del mundo.
El apunte experto
- Una velada de mezethes (aperitivos) y música tradicional en Ouzeri Anatoli, una taverna de Skopelos, donde en la noche suena la tradicional rembétika, un género genuinamente griego.
- El ambiente desenfadado de Playa Banana, en Skiathos, donde la animación es constante durante el día. Los amantes del nudismo tienen su lugar en Little Banana.
- Obligado darse un festín de pescado en la pequeña aldea de Kalamakia, en Alonissos, a la que llegan los pescadores con sus capturas, que van directamente del barco al plato.
- Un retiro wellness en Skyros Centre para salir rejuvenecido: yoga, tratamientos holísticos, sesiones de ayurveda…
- Explorar en un barco las islas deshabitadas de Kyra, Panagia, Peristera, Gioura…, así como las decenas de islotes que conforman el archipiélago de las Espóradas.
GUÍA DE VIAJE
Acceder a las islas Espóradas requiere, en primer lugar, volar a Atenas, para lo que existen vuelos directos desde diversas ciudades españolas. Desde la capital griega hay frecuentes conexiones por ferri (también desde Agios Konstantinos y Volos), que permiten llegar fácilmente en barco. Otra opción es volar hasta las islas de Skiathos o Skyros (las únicas con aeropuerto), aunque esta última cuenta con menos enlaces. Para moverse entre las islas en barco, que están bastante cerca unas de otras, hay al menos dos o tres rutas al día (en verano aumentan). Anes Ferries (anes.gr) y Blue Star (bluestarferries.com) operan estos trayectos que duran entre media hora y dos horas. Existe la opción de transportar el coche de alquiler en los barcos para así desplazarse dentro de las islas, aunque también se puede alquilar una moto en cada una de ellas. Grecotour (grecotour.com), agencia especializada en Grecia, organiza viajes a la medida al archipiélago de las Espóradas.
Menos calurosas que las Cícladas, y menos húmedas que las Jónicas, las Espóradas registran temperaturas agradables durante todo el año. No obstante, para poder disfrutar del sol y del mar, los meses perfectos son de abril a junio y de septiembre a octubre. Mejor evitar viajar en julio y agosto.
En la isla de Skiathos, Elivi Skiathos (elivihotels.com) está situado en la cima de una colina de la península de Punta y a pocos metros de la bonita playa de Koukounaries. Además de con un gusto exquisito, ha sido diseñado con el máximo respeto por la naturaleza. También en esta isla, Aegean Suites Hotel (santikoscollection.com) es un hotel sencillo, pero atento a los pequeños detalles, lujoso, pero sin ostentaciones, discreto, pero con mucho estilo. Y en Alonissos es muy recomendable The Infinity180 (theinfinity180.com), escondido entre aguas turquesa y fragantes bosques de pinos.
Un buen lugar en el que deleitarse con la rica gastronomía griega es Muses (skopelosmuses.com), en Skopelos, a pie de mar. La musaka es casi tan deliciosa como las vistas. En Alonissos no hay que perderse Dolopes (dolopes-restaurant.gr), también con una estética playera y una cocina homenaje a los productos del mar. Y en Skyros resulta estupendo Asimenos (Esparchiaki Odos, 340) famoso por su gran servicio, además de por su esmerada cocina.
Turismo de Grecia (visitgreece.gr).
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