El mar de Tenerife es diferente. Hasta el artista británico Ed Sheeran le dedicó su canción Tenerife Sea, en la que comparaba el color de los ojos de la persona que quería con ese azul inconfundible que rodea la isla. Y esa versatilidad se hace evidente en sus playas de arena dorada o volcánica negra, en sus charcos –auténticos oasis rodeados de roca– y en sus increíbles piscinas naturales, que invitan a disfrutar de maravillosas jornadas sumergidos en el océano y a resguardo de su ímpetu. Cada paisaje costero tiene su encanto y cada spot su propia belleza.
Lugares insospechados que no esperarías encontrar en Canarias