La medicina ha experimentado un espectacular progreso en los últimos años. Esto se debe en parte a los avances técnicos, informáticos y electrónicos aplicados a las pruebas diagnósticas y los tratamientos a través de aparatos capaces de realizar funciones que hace unos años nos hubieran parecido ciencia ficción. Hoy en día, palabras como escáner, densitometría y mamografía, entre otras, están en boca de cualquier paciente, pero no siempre sabemos exactamente para qué nos sometemos a ellas. A continuación, te ofrecemos una guía útil de las pruebas diagnósticas más comunes.
Radiografía
Los rayos X son radiaciones electromagnéticas, que tienen la capacidad de atravesar la materia orgánica e impresionar ésta en una placa con material fotográfico. Dependiendo de la densidad de los tejidos, los rayos llegan en mayor o menor cantidad a la placa, creando una imagen en tonos negros, grises y blancos.
Ecografía
Esta prueba se fundamenta en la imagen que se obtiene en una pantalla al impulsar dentro del organismo ondas sonoras de alta frecuencia. Éstas generan una serie de ecos, que quedan recogidos en un ordenador a través de un transductor. Un ordenador se encarga de analizarlos. La ecografía es una prueba no invasiva y sin complicación alguna. Puede aplicarse en cualquier zona del cuerpo sin que tenga un efecto nocivo alguno.
Resonancia magnética
Se basa en la utilización de un campo magnético de gran intensidad que, al incidir con las estructuras orgánicas y los tejidos, genera las imágenes de los órganos analizados.
Escáner. Tomografía computerizada.
La tomografía o escáner es una técnica de imagen que obtiene cortes tomográficos del organismo desde diversos ángulos y posiciones. Con ella se consiguen imágenes radiográficas que se interpretan mediante ordenador.
Mamografía
Basada en la radiografía, es la prueba de imagen que sirve para el estudio de la mama. Se realiza mediante un aparato de rayos X que se conoce con el nombre de mamógrafo.
Densitometría
Cuando hablamos de densitometría nos referimos a aquella prueba que utiliza los rayos X para obtener imágenes óseas que indican el nivel de calcio existente en los huesos. Puede medirse a nivel central (en las caderas y la columna) o a nivel periférico (en muñeca, dedos o talón), que es la más frecuente. Se realiza para ver el estado de osificación del esqueleto, tanto para prevención como para diagnóstico y también para controlar la evolución durante el tratamiento. Se usa fundamentalmente para el diagnóstico y el control de la osteoporosis.