Tras seis años de relación, explica que los últimos dos habían estado viviendo a camino entre Barcelona y Madrid por trabajo. Poco después de la boda, ¡por fin nos hemos puesto de acuerdo! Nos hemos mudado juntos a París para seguir con nuestras respectivas carreras, y seguir sumando experiencias". Y aunque ninguno de los dos tenía en mente una boda al principio, finalmente la idea de casarse tomó forma casi como una broma: "Una broma que teníamos entre nosotros es que el día que me lo pidiese me tenía que sorprender. Yo pensaba que eso iba a ser difícil, porque le conozco demasiado bien. Curiosamente, el mismo día que me lo pidió, enfrascados en una conversación sobre nuestro futuro, se lo volví a recordar –todo esto subiendo una colina en el Empordà, uno de nuestros lugares especiales- con Mario guardando el anillo en el bolsillo. Sin duda, me pilló por sorpresa... al final, parece que me conocía mejor él a mí y no al revés".
- 50 frases de amor para dedicarle a tu media naranja