Hay quien piensa que un vestido de novia está casi vacío, es un lienzo en blanco, cuando no va acompañado de accesorios. Los pendientes son el complemento imprescindible por excelencia en el 2020 y el zapato ocupa, cada vez más, un puesto relevante, que se traduce en colores, estampados y estilos originales que convencen a las más románticas. Sin embargo, ninguno de estos añadidos es comparable al velo o la mantilla. El papel de este detalle, que es un imprescindible para numerosas comprometidas, tiene un significado más que especial y viste, aún más si cabe, cualquier estilismo para el gran día. A la pregunta de cómo colocar este accesorio, solo reservado a las bodas, existen más de 10 respuestas. Algunas de ellas están aquí.
Mantilla recogida con peinecillo
La versión más tradicional para recoger la mantilla se ha ido actualizando con los años. Del clásico broche o la peina de plata que se heredaba de generación en generación, se ha pasado a los peinecillos hechos a medida o con flores artificiales o preservadas. Ejemplo de ello es la elección que hizo María, una de las novias más populares en Instagram, cuando se casó en 2018, retratada en esta imagen de Silvia Sánchez.