Con el calor, sabemos que llegan también los estampados más llamativos en colores vibrantes y alegres, pero este año, en un verano post-confinamiento, necesitábamos un poco más: el símbolo mundial de la felicidad, ese emoji sonriente que todos conocemos, ha traspasado las pantallas de nuestros móviles para hacerse un espacio en nuestros armarios esta temporada primavera-verano. Ni Loewe ni Pull&Bear, Ganni o Sandro han podido resistirse al movimiento Smiley, que inunda sus últimas colecciones.
No es coincidencia que esto ocurra ahora. La carita sonriente o smiley fue creada en 1963 por Harvey Ball, durante la Guerra Fría y la Guerra de Vietnam, por lo que supuso un subidón de optimismo para una sociedad desconcertada y desanimada. La generación Z, que se manifiesta constantemente por iniciativas como el calentamiento global, el racismo y la igualdad de género, está rescatando esta sensación, llevando el smiley como símbolo del escapismo y placer ante tiempos difíciles.
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