Joaquín Sabina sufrió la caída del escenario, tal como explicó él mismo, cegado por un foco. Al principio, el cantautor, que volvió a subir al escenario media hora después del accidente para anunciar que debía cancelar el concierto, solo se quejó de fuertes dolores en el hombro. Y fue ingresado por traumatismo en el hombre y torácico. Sin embargo, al día siguiente fue intervenido porque los médicos consideraron que debían drenar el hematoma intracraneal que se había producido debido al traumatismo craneoencefálico que sufrió.