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Brasil ya puede presumir de nueva Miss. El país carioca acaba de vivir todo un derroche de glamour en la elección de la reina de la belleza de este año. Pero el certamen, celebrado en Río de Janerio, ha levantado una gran polémica, al hacerse público que la ganadora, Juliana Dornelles Borges, se ha sometido a 19 operaciones de cirugía estética. Nada más y nada menos.
No son pocas las personas que consideran que este hecho desvirtúa el concurso, al trascender que los implantes de silicona y el bisturí han ayudado, sin duda, a esta joven de 22 años que aspiraba a la corona de la belleza carioca.
Una liposucción en la cintura, lipoesculturas en casi todo su cuerpo, una aplicación de silicona en los senos y una pequeña corrección en las orejas son algunos de los retoques a los que se ha sometido la flamante ganadora del concurso, de gran relevancia social en Brasil. “¿De qué servirá si voy al cirujano a los 60 años? Tengo que invertir ahora, pues esta carrera sólo dura hasta los 30”, explica Borges, a un diario brasileño, para salir al paso de las múltiples críticas que ha recibido. Y es que la prensa local pronto la ha calificado de reina de la silicona.
Otros casos
Pero esta joven morena de 1,80 metros de estatura no es la única que ha pasado por el quirófano antes de presentarse al concurso de belleza. Un tercio de las 26 candidatas a Miss Brasil han creído que sus posibilidades de triunfar aumentarían si visitaban previamente la consulta de su cirujano plástico.
Sin embargo, las candidatas no incumplen ninguna de las bases del certamen, pues se permiten las operaciones estéticas. De hecho, el reglamento del concurso cambió en 1990 para permitir el uso de lentes de colores, extensiones capilares, tintes y cirugía plástica.
Juliana Borges toma el relevo de Daniele Moraes, Miss Brasil 2000. No hay duda de que la polémica continuará, pues la joven tiene previsto presentarse como representante de Brasil en la próxima edición de Miss Universo, que se celebrará en Puerto Rico el próximo 11 de mayo. La candidata española a la corona mundial, la leridana Eva Sisó, ya ha expresado su desacuerdo con esta desigualdad de oportunidades.
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