Melani Olivares comparte su experiencia como madre biológica y adoptiva

La actriz ha hablado con total naturalidad de su día a día con Martina, Manuela y el pequeño Lucho

Por María Medina

Melani Olivares es la mujer más feliz del mundo si tiene cerca a sus tres hijos, Martina, de 17 años, Manuela, de 11, y Lucho, de seis. A pesar de los malabares que tiene que hacer para compaginar su carrera artística con la maternidad, la actriz se siente muy orgullosa de su familia numerosa, tal y como ha confesado en el programa Crianza con salud, de Televisión Española.  "Lo he hecho con mucha fe con la ayuda de una persona que tenía por las noches cuando me tenía que ir muy pronto por la mañana y luego seguí con mi madre después de la pandemia. Como todas las madres, intento conciliar y ocuparme, más que preocuparme, de tenerlo todo más o menos controlado", ha declarado. 

La intérprete, de 50 años, ha explicado cómo ha vivido la maternidad de cada uno de sus hijos, recalcando que Martina es adoptada y Manuela y Lucho biológicos. "Yo nunca he sido una madre preocupada. No me he preocupado por mis hijos, me he ocupado de tenerlos sostenidos no siendo muy invasiva", ha comenzado diciendo, pues considera que la preocupación excesiva impide que los niños adquieran responsabilidades y es una manera de transmitirles tus propios medios.

Cuando se convirtió en madre por primera vez, la actriz se cuestionaba constantemente si lo estaba haciendo bien o no. "Mi hija mayor es adoptada, tenía tres meses cuando fui a buscarla, y yo no me despertaba por las noches con su llanto. Pensaba que era una cuestión de apego, que yo no lo tenía porque ella era adoptada. Entonces era yo quien se despertaba cada cierto tiempo para comprobar si estaba bien", se ha sincerado. Sin embargo, con la llegada de Manuela y Lucho descubrió que no era una cuestión de adopción o no adopción porque con ellos le pasaba exactamente lo mismo. "No me despertaba. En un principio eso me parecía que estaba mal, porque tienes muchas opiniones externas que te dicen que eso está mal, que eres una malamadre por no oírlo, pero no me lo parece. Ser buena o mala pasa por saber qué necesidades tienen tus hijos e intentar cubrirlas desde ti". 

Melani también ha contado que sus hijos son totalmente diferentes y que ha tenido que aplicar una crianza distinta con cada uno de ellos. "Mis hijas, por ser niñas, no tienen nada en común, y el niño tampoco, para mí cada hijo ha sido siempre algo novedoso. Cada uno es de su padre y de su madre, obvio, bueno, en este caso sí porque los tres son de padres distintos, pero han sido muy diferentes entre sí, no he podido aplicar lo mismo en cada uno", ha reconocido. 

Quizás su maternidad más parecida ha sido la de Martina y Lucho. Con ellos tuvo que trabajar mucho más el apego que con Manuela, que nada más nacer tras un parto sin complicaciones se agarró rápidamente a su pecho. "El apego con Martina es algo en lo que he tenido que poner mucho más esfuerzo porque no venía dado aunque yo hiciera piel con piel desde el primer momento. Fueron tres meses en los que no estuvo conmigo ni tampoco con su madre biológica, con lo cual sí que ha habido por su parte eso de no confiar en que eso fuera a ser para siempre. Es un trabajo diario, de estar en el aquí y en el ahora y anteponerla siempre a lo que está pasando porque la adulta soy yo y se supone que tengo alguna herramienta más", ha declarado.

Crear ese vínculo tampoco fue fácil con su hijo pequeño, nacido durante su matrimonio con el músico Gorka González, de quien se separó en 2018. "Lucho tragó meconio durante el parto y estuvo un día en la incubadora y entonces le pasó un poco como a Martina, encima como tenía el frenillo corto, tuve problemas para amamantarlo", ha declarado. 

Por último, Melani ha asegurado que todos los días aprende algo nuevo de sus hijos. "Me enseñan a vivir en el presente. A disfrutar del aquí y del ahora".