La Copa del Rey MAPFRE, escuela de valores

En la prestigiosa competición mallorquina participan unos 15 jóvenes de entre 11 y 15 años

Por Neus Jordi

“¿Es él? ¿Es Robert Scheidt?”, se oye en un pantalán del Real Club Náutico de Palma. Una niña pelirroja, de visita en la 41 Copa del Rey MAPFRE, contempla maravillada a la leyenda brasileña del deporte de la vela. Desde sus 12 años de edad, piensa que la estrella está muy entrada en años pero, claro, ¡ha participado en siete Juegos Olímpicos! Giulia Sandri, que así se llama esta joven regatista de la clase Optimist, está a la caza de autógrafos de grandes figuras de la vela mundial. En unas pocas horas en Palma puede engrosar fácilmente su colección.

¡Hombre al agua! en la Copa del Rey MAPFRE

Viene de Barcelona y esta semana ha entrenado con la flota de regatas del Club Náutico El Arenal, al otro lado de la bahía. “Este verano me he centrado en seguir mejorando en Optimist para la próxima temporada, pero me gustaría participar en la Copa del Rey MAPFRE en una edición futura, sería fantástico compartir barco con alguno de estos cracks”, dice entusiasmada. Giulia sabe que algunos equipos completan su tripulación con niños de 30 o 35 kilos, con el objetivo de alcanzar el peso óptimo para el máximo rendimiento de la embarcación.

En la Copa del Rey MAPFRE participan unos 15 chavales de entre 11 y 15 años. Algunos de ellos completan tripulaciones por temas de peso, otros por cuestiones familiares y los restantes simplemente por la pasión por este deporte. Pero, a todos ellos, les motiva enormemente el aprendizaje. “La vela es una escuela de valores. Las lecciones que se llevan estos niños no se
limitan a cómo navegar un barco o a ver dónde hay más viento para ir más rápidos, sino que se empapan de trabajo en equipo, espíritu de superación, deportividad y otras valiosas virtudes que les servirán durante toda la vida”, explica Pedro Marí, director técnico de vela del Real Club Náutico de Palma.

El más pequeño se llama Pedro Burgués y forma parte de la tripulación del “Team RCNP”, que navega en la clase Herbalife J70. Tiene sólo 11 años y “pronto va a ser un campeón de Optimist”, en palabras del patrón, Jaume Genovart. “Es muy chulo navegar en la Copa del Rey porque aprendo mucho”, dice Pedrito con la timidez que corresponde a su edad. Sus vecinos de pantalán son Toni Llull, que está en el “Watches of Switzerland”, y Sibila Busquet, que navega a bordo del “Usana - Les Roches”, en la misma categoría Herbalife J70. “En los rumbos abiertos empopadas disfruto muchísimo porque este barco va más rápido que mi Optimist”, exclama sonriendo Sibila.

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Otra de las tripulantes más jóvenes es Carme Bestard, también componente del equipo de regatas del Real Club Náutico de Palma. Forma parte del equipo “Balearia” del grupo Sotheby’s Women’s Cup. “Me encanta navegar con ellas porque aprendo muchas cosas, el ambiente es un poco tenso por la competición, pero es normal”, asegura esta grumete de 11 años. Pero la 41 Copa del Rey MAPFRE no sólo atrae a cachorros locales. La categoría Majorica ORC congrega a chavales que han viajado a Mallorca en avión desde Canarias o desde Francia, e incluso desde Argentina, como en el caso de Juan Funes, tripulante de 13 años del “Geex by Gauchos”.

“Mi viejo me enseñó a navegar en Buenos Aires. Primero regateé en clases infantiles y juveniles y ahora me pasé al crucero. Es muy divertido compartir barco con mi viejo, aunque me pone un poco nervioso porque aquí todos son muy buenos”, admite el americano. A su padre le brillan los ojos de orgullo: “Hace tiempo que competimos en Argentina y teníamos muchas ganas de hacer la Copa del Rey, así que nos hicimos este regalo de venir acá. Es un placer llevar a Juan a bordo, une mucho en la relación padre-hijo”.

Para el francés Yann Lythgoe la familia es también muy especial. El nombre de su barco es Kim, en honor a su hermano, Kim Lythgoe, que falleció en el 2009, a sus 29 años, víctima de un accidente de submarinismo. Kim era entrenador de la Real Federación Española de Vela y un apasionado del mar. “Siempre nos sentimos muy felices de navegar este barco porque
recordamos a mi hermano, y este año mi hija Anaïs se ha unido a la tripulación por primera vez, así que es muy emocionante contagiar esta pasión a la nueva generación”, explica Yann con la misma sonrisa que tenía Kim.

Tradición familiar es también la que hereda el canario Samuel Quevedo, de 13 años. En la pasada edición de la Copa del Rey MAPFRE se embarcó en una neumática para seguir a su padre, el oro olímpico Fernando León. Y, a bordo del “HM Hospitales”, sus compañeros animaron a Fernando a enrolarlo en la siguiente cita. “Empecé un poco tarde el Optimist y ya no entro en él porque he pegado un estirón, así que estoy muy contento de esta oportunidad”, relata el chaval, que ya se ha dado cuenta de que “para ser campeón hay que ser muy disciplinado”. Aquí, en la Copa del Rey MAPFRE, se empapa de los mejores y se empapa de valores.