La fascinante historia de Doris Delevingne, la tía abuela de Poppy que fue reina de la moda y de la alta sociedad británica

Al igual que su sobrina nieta, la vizcondesa de Castlerosse también fue una de las grandes damas de su época

Doris Delevingne

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Poppy Delevingne y el príncipe Constantino de Grecia se han convertido en una de las parejas del momento. Hace unos días, los jóvenes presumían de complicidad por un una exclusiva zona del oeste de Londres. Aunque es una noticia que aún sorprende a muchos, principalmente por la diferencia de edad que hay entre ambos -ella tiene 36 y él 24-, ellos ya no se esconden y no dudan en pasear su amor.

Antes de que las hermanas Delevingne tomaran escena social, fue su tía abuela quien brilló como pocas entre la alta sociedad londinense. Aunque a día de hoy es una de las modelos más solicitadas y cotizadas del mundo, la genética de Cara, lejos de retoques o cuidados por su profesión, viene de familia. La vizcondesa de Castlerosse también tuvo su protagonismo en el mundo de las pasarelas y de los flashes. Una mujer que no solo cautivó al mundo entero por sus largas piernas, sino también al fotógrafo Cecil Beaton o a Wiston Churchill.

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Doris Delevingne©ALAMY

Nacida en 1900, en Beckenham, una localidad cerca de Londres, Jessie Doris Delevingne -así es como se llamaba- procedía de una familia muy ligada al mundo de la moda pues su padre, Edward Charles, era un consolidado importador de seda en Francia. Aunque el foco de atención en Doris siempre fue por su imponente físico, ella ya llevaba en su sangre la pasión por el mundo de la moda pues trabajó, a sus 20 años, en el negocio familiar como vendedora de vestidos. De esta manera fue como comenzó su estrecha amistad con Gertrude Lawrence, -con la que vivió en la década de los veinte- la actriz que la presentó en la alta sociedad de Londres. Un antes y un después de su vida ya que, antes de rozar la fama, ejerció como enfermera en un hospital de la RAF.

Doris Delevingne©ALAMY

De hecho, en los años en los que compartió piso con la actriz, tuvo una larga lista de romances mediáticos. Sin duda, una vida de titulares, paseos en Rolls Royce, una colección de 250 zapatos italianos, fama y poder. Sin embargo, encontraría el amor, (que no sería definitivo), a finales de la década de los veinte, en 1928, cuando se casó, en secreto, con el vizconde de Castlerosse. Un matrimonio que llegó a su fin en 1938. ¿El motivo? Los ‘presuntos’ amantes de Doris entre los que destacaron Cecil Beaton o Randolph Churchill, quien le ayudó a regresar a Londres tras dos años de ‘aventuras’ en Estados Unidos tras divorciarse de su marido.

Doris Delevingne©ALAMY

En su regreso a Gran Bretaña apareció como una mujer nueva, dispuesta a empezar de cero, aunque divorciada y en boca de todos. Doris vivió al límite y sin reglas una intensa vida con un final ‘infeliz’ ya que, a edad temprana, con 42 años, fallecía en el hotel Drochester a causa de una sobredosis de somníferos tras endeudarse.