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Andalucía

La Alhambra de Granada sólo para tus ojos

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Una vista de la Alhambra de Granada, con Sierra Nevada al fondo.

El patio de los leones, una de las maravillas que encierra este palacio nazarí.

Convertir la Alhambra de Granada por unas horas en palacio privado, recorrer sin aglomeraciones sus patios, sus estancias, sus rincones secretos…, incluso recibir en el Mexuar, el gran salón de recepciones de los reyes nazaríes, a los invitados, como preludio de una fiesta íntima en el Salón del Trono o en la sala de los Abencerrajes. Todo eso es posible cuando el primer monumento español cierra sus puertas al tumulto cotidiano de los turistas y las vuelve a abrir, al caer la tarde, para sus visitantes más exclusivos.

"Ganó en gala y corono a las hermosas; bajan a mí los astros del zodíaco". Los versos de Ibn al-Jatib, primorosamente labrados en su árabe original en el salón de Embajadores, evocan con gracia el lujo y el esplendor con que vivieron en la Alhambra de Granada los Reyes nazaríes, una sensación que es posible disfrutar de manera privada, con un grupo reducido de personas, entrando en el conjunto palaciego granadino, llave en mano, con la visita exclusiva que permite el Patronato de la Alhambra y el Generalife después del horario habitual de apertura al público.

Al caer de la tarde, cuando el ruido de la batalla cotidiana de los turistas abandona la Alhambra y se pierde, monte abajo, por las calles de Granada, los Palacios Nazaríes recobran el silencio y vuelven a mostrarse en toda su magnificencia para un grupo de privilegiados, que pueden disponer por espacio de dos horas de sus rincones más emblemáticos, como el Mexuar, los patios de los Arrayanes y de los Leones o las salas del Trono, de los Abencerrajes y de las Dos Hermanas.

Prohibida su reproducción total o parcial. ©2006 Hola, S.A.

  

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