Tras los pasos de Giacomo Casanova

Si a Roma se la conoce por el apelativo de la Ciudad Eterna, la bellísima ciudad de Venecia podría muy bien ser considerada como la Ciudad del Amor (con permiso de los parisienses, claro). Y es que la hermosísima ciudad de los canales siempre ha permanecido en el imaginario colectivo como uno de los mejores escenarios para vivir, o revivir (según se mire), la pasión del amor.
¿Pero qué es lo que hace que esta ciudad del norte de Italia sea considerada un paraíso para los enamorados? ¿Serán sus canales? ¿Sus magníficos palacios? ¿El ir y venir silencioso de las góndolas pasando bajo sus elegantes puentes? ¿Esas calles al borde del canal que, sin previo aviso, desembocan en placitas llenas de encanto y un punto de melancolía? Sea lo que sea, lo cierto es que, precisamente, en Venecia nació Giovanni Giacomo Girolamo Casanova, cuya leyenda como seductor le ha convertido en un personaje universal. Y ello a pesar de que, durante generaciones, los venecianos hayan guardado silencio en torno a su libertina figura. De hecho, si usted pretende buscar un museo o una estatua dedicada a Casanova será en vano.