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Entre Dalaman y Antalya, situada más o menos en el centro de esta riviera, encontramos uno de los tramos más espectaculares de la costa mediterránea de Turquía. Algo más de 300 kilómetros (si se recorren por la línea de costa) con increíbles arenales, pequeños pueblos de montaña y restos arqueológicos que muestran las huellas de la cultura licia. Esta ruta va haciendo parada en los destinos que no te puedes saltar.

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ANTALYA: LA PERLA TURCA

En Antalya, y especialmente en verano, se imponen unos días de playa -con bandera azul- en los que practicar todo tipo de deportes acuáticos. Desde el  puerto, unos cuantos barcos ofrecen excursiones por la costa y abren mercadillos donde adquirir artesanías locales. Imprescindible en esta ciudad turca pasear por el casco antiguo, de calles estrechas en las que abren sus puertas viejas casonas otomanas, también visitar la torre del Reloj o la mezquita de Yivli, la torre Hidirlik o alguno de sus museos. No puede faltar la puerta de Adriano (en la imagen), construida en el siglo II d. C. para conmemorar la llegada del emperador a la ciudad, es su monumento más destacado.

Cerca de Antalya esperan las cuevas de Karain, Dim y Damlatas, maravillas que atraen a numerosos visitantes y que se encuentran entre las más impactantes de Turquía.

 

Turquía para principiantes

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LAVANDA EN LA REGIÓN DE LOS LAGOS

Merece la pena una incursión hacia el interior, a la conocida como Región de los Lagos. 16 lagos que son auténticas joyas naturales entre ellos los que se encuentran Akşehir, Burdur, Beyşehir, Eirdir, Kovada o Salda, una maravilla de arenas blancas y aguas turquesa (en la imagen) que se popularizó cuando científicos de la NASA lo utilizaron para preparar su despliegue en Marte. Junto al lago, la ciudad de Salda ha sido reconocida como uno de los ‘50 mejores lugares para viajar en 2023’ gracias a su riqueza cultural.

 

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Dentro de la Región de los Lagos, Isparta es la principal productora de rosas y lavanda del país, de donde procede un 80%. Allí encontraremos pueblos llenos de encanto y exuberantes campos de lavanda que cuando estallan en flor nada tienen que envidiar a la reconocida Provenza francesa.

Es el pueblo de Kuyucak el que atrae cada vez un mayor número de visitantes gracias a sus jardines de lavanda y la belleza de su entorno natural. A principio del verano, el aroma de las flores perfuma los jardines y campos pintándolos de un intenso morado. En los pequeños comercios locales se pueden adquirir productos relacionados con este cultivo como jabones, cremas, bolsas perfumadas ¡y hasta helados!

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DEMRE, LA ANTIGUA MYRA

Otra localidad en la costa mediterránea que merece una visita es Demre, la antigua Myra, donde se encuentra uno de los mayores conjuntos de tumbas licias talladas en la roca. También se visita el teatro romano, en magnífico estado de conservación, y la iglesia de San Nicolás, uno de los monumentos más visitados de Turquía, actualmente convertida en museo, un santo que es el origen de la famosa figura de Santa Claus.

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KAS Y KALKAN, HERENCIA GRIEGA

Las localidades de Kas y Kalkan tienen ese aire inconfundible que nos habla de la presencia griega en la zona hasta hace no demasiado tiempo. Casas blancas junto al mar, callejones adornados de buganvillas, coquetas tiendas de artesanos y pequeños restaurantes donde sirven pescado fresco atraen y atrapan a quienes los visitan. Son tan pequeñas como bonitas, y en ellas el éxito de la visita está asegurado.

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Junto a Kas se encuentra una de las playas más bellas de esta costa, la de Kaputas, que deslumbra con sus aguas de un intenso color turquesa. Y desde el puerto de Kalkan es posible alquilar veleros tradicionales (gulet) para navegar por esta bella costa, uno de los nuevos destinos de moda en el Mediterráneo.

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