Viena para 'foodies', en busca de clásicos y de novedades gastro
Porque la capital austriaca es música, es arte, historia y diseño. Pero más allá de Beethoven o Bach, de sus museos, galerías o de sus afamados mercados de Navidad, Viena es también gastronomía. Dispuestos a catar sus clásicos, pero también a conocer sus propuestas más vanguardistas, aterrizamos en la ciudad más majestuosa de Europa ataviados con cuchillo y tenedor. Que empiece la fiesta.
Schnitzel, uno de los platos más típicos de Viena, un filete empanado y frito como solo ellos saben hacer.
El restaurante Ofenloch es una magnífica opción para degustar comida tradicional en Viena.
Ludwig Van, un acogedor restaurante vienés que fue redidencia de Beethoven durante sus años en Viena.
Paul Ivić, chef del restaurante TIAN, donde las protagonistas son las verduras de temporada.
En TIAN es el chef quien decide lo que se come cada día. Gracias a su filosofía de cero desperdicios en su cocina se aprovecha absolutamente todo.
Exterior del Museo Albertina de Viena (albertina.at/en/).
Patio central del Museo de Artes Aplicadas de Viena (mak.at).
Salonplafond, el majestuoso restaurante del Museo de Artes Aplicadas.
NENI am Prater, el restaurante del hotel Superdube Wien Prater. Ubicado en la última planta se ha convertido en el último place to be de la ciudad.
Además de las magníficas vistas del NENI am Prater, aquí se viene a disfrutar de una gastronomía desenfadada y del buen ambiente.
En el entorno de la catedral de San Esteban se abren numerosas terrazas donde los visitantes se sientan en los días soleados.
Bitzinger Würstelstand, el puesto callejero con los mejores perritos calientes vieneses del mundo.
Naschmarkt es el mercado más grande de la ciudad y un sitio ideal para sentarse a disfrutar de la gastronomía.
Espectacular vitrina de dulces del Café Central, un clásico imprescindible en cualquier visita.