1/12 © Getty Images

Palermo y sus alrededores presumen de su extraordinario pasado con presencia fenicia, griega, romana, árabe, normanda y española, esta última durante casi cinco siglos si sumamos su época aragonesa y la posterior borbónica. Un rincón de la bella Sicilia para degustar también sus playas en verano y sus vinos y aceites en una original oferta gastronómica.

No te lo pierdas: Diez lugares de Sicilia para grabar en la retina

2/12 © Age Fotostock

La Capilla Palatina  

La joya artística de la capital siciliana es esta capilla donde la mayoría de los jóvenes palermitanos quieren casarse. A nadie le puede extrañar viendo el interior que mandó construir el rey normando Roger II tras ser coronado en 1130. Desde el punto de vista arquitectónico, el templo representa el encuentro entre culturas y religiones diferentes, pues en ella trabajaron artesanos bizantinos, islámicos y latinos. La iglesia, dedicada a San Pedro Apóstol, impacta por el número de mosaicos dorados que la adornan. Desde la cúpula, donde manda la imagen del Cristo Pantocrátor, repetida también en el ábside central, a las naves laterales que narran los momentos más importantes de la vida de San Pedro y San Pablo y al ábside principal en cuya pared a a la derecha brillan los mosaicos más antiguos del templo con episodios del Evangelio. También hay que alzar la mirada hacia el techo del edificio, de origen musulmán, hecho completamente de madera. 

No te lo pierdas: Una semana en Palermo… la Sicilia indómita

3/12 © Age Fotostock

La Fuente de la Vergüenza 

Los habitantes de Palermo llaman a esta popular fontana situada en la plaza Pretoria la «Fontana della Vergogna», pues todas sus estatuas aparecen completamente desnudas. En esta fuente, que fue traída a la capital siciliana desde Florencia en el siglo XVI, impacta toda su belleza artística, apreciable también desde el balcón municipal de las banderas del palacio (Palazzo Senatorio), con otras figuras, aparte de las humanas, como varios monstruos y animales mitológicos y la representación de los cuatro ríos de Palermo: el Orieto, el Gabriele, el Papireto y el Maredolce. Las iglesias de San Giuseppe dei Teatini y Santa Catalina, con sus llamativas cúpulas, completan el conjunto de esta plaza que para muchos es la más bella de la ciudad.  

4/12 © Getty Images

Tour gastronómico por los mercados 

Si quieres comer como un auténtico siciliano y al mismo tiempo descubrir los principales monumentos y su historia de Palermo, no hay nada como apuntarse a un tour street food por los principales mercados de la capital como Il Capo, La Vucciria o Ballaro. Haciendo paradas en estos mercadillos, para comprobar como, por ejemplo en Il Capo, todavía se organiza una rifa con un premio de una cesta de pescados entre los compradores de los puestos o que su existe una leyenda sobre su río subterráneo, el Papireto, que asegura que estaba conectado con el Nilo. Puedes probar también los platos de comida callejera más conocidos de Palermo: la arancina (bolas de arroz con carne), las panelle & crocché (frituras de harina de garbanzo y croquetas), sfincione (pizza palermitana), el panino con la milza (pan con bazo) y el más famoso dulce siciliano, el cannolo.  

5/12 © Age Fotostock

La Martorana y San Cataldo ejemplos árabe-normandos 

La Piazza Bellini alberga dos de los templos más llamativos del viejo Palermo. Se trata de la iglesia de San Cataldo (en la imagen), de 1160, identificable por sus tres cúpulas rosadas que cubren la nave rectangular, que es un magnífico ejemplo del pasado normando de la isla con una gran influencia árabe. A su lado, la iglesia de Santa María dell' Ammiraglio (1143), más conocida por La Martorana, esconde los mosaicos más dorados, sobre todo en su parte más antigua, y una magnífica imagen del Cristo Pantocrátor en la cúpula, rodeado por arcángeles, profetas y evangelistas. Una excepcional obra bizantina.

6/12 © Getty Images

El Duomo de Monreale 

A 8 kilómetros de la capital, por la bella y fértil Conca d'Oro, se levanta esta maravillosa catedral dominando toda la bahía de Palermo. Fue fundada en 1172 por Guillermo II, nieto de Roger II, y su interior es soberbio por su decoración de mosaicos sobre fondos de oro (S. XII y XIII) que resaltan mucho más cuando la luz del día entra por las ventanas de la catedral iluminando sus paredes. El claustro, que formaba parte del convento de los benedictinos, es otra maravilla de la arquitectura normanda. Sus portentosos 228 capiteles románicos (s. XI), obra de albañiles borgoñeses y provenzales, muestran iconografías que combinan lo religioso y lo pagano, los elementos clásicos y la mitología popular, y en la actualidad han sido restaurados meticulosamente por el artista Cesare Tini. 

No te lo pierdas: 48 horas en Palermo, la italiana más canalla

7/12 © Getty Images

Las ruinas griegas de Selinunte 

Selinunte, en la provincia de Trapani, en la costa sudoeste de Sicilia, fue fundada en el año 651 a.C por los colonos griegos de Megara Hyblaea, junto a un activo puerto del Mediterráneo. Desde 1993 se puede visitar un parque arqueológico, que abarca más de 40 hectáreas, para descubrir lo que fue la antigua acrópolis, sus calles y santuarios antiguos y admirar los templos dedicado a Zeus y Hera (el templo E, reconstruido casi en su totalidad), colosales construcciones del mundo griego situados entre las colinas y los escarpados acantilados que caen al mar.  

8/12 © Getty Images

Playas para disfrutar del verano 

Desde Palermo la playa más recomendable es la Spiaggia di Mondello, un arenal de un kilómetro y medio entre el Monte Pellegrino y el Monte Gallo, que se convirtió en un destino vacacional de élite a finales del siglo XIX. Hoy atrae a decenas de surferos. Siguiendo por la costa más occidental siciliana, ya en Trapani, asombra la Spiaggia San Vito Lo Capo a la sombra del Monte Monaco. Sus aguas son mucho más tranquilas, muy poco profundas y sin corrientes. Más al sudoeste, no puedes perderte la Marinella di Selinunte, junto a las ruinas de los templos dóricos de más de dos siglos de antigüedad. Esta playa es pequeña y tranquila, sin gran afluencia de público, lo que le da un encanto especial. Por último, nada como tomar el sol o lanzarse al agua desde los blancos acantilados de la Scala dei Turchi (Escalera de los Turcos, en la imagen), el antiguo punto clave de los piratas sarracenos desde el que saqueaban a los pueblos vecinos. Muy cerca, a tres kilómetros la Spiaggia di Capo Rossello permite contemplar una panorámica de todo el litoral en torno a Agrigento.

9/12 © Getty Images

Cerámica y corales en Sciacca 

La cerámica de Sciacca, cuyo origen se remonta al siglo XIII, sigue manteniendo una importante producción de azulejos, vasijas y objetos artísticos, pues hay una escuela de cerámica y decenas de talleres que siguen utilizando las técnicas más antiguas, aunque la temática de las obras se ha modernizado desde la mitad del siglo XX. También es muy apreciado el coral siciliano, ligado a la historia de la isla Ferdinandea, una isla volcánica sumergida en el estrecho de Sicilia, entre Pantelleria y Sciacca, donde ha proliferado históricamente. Este coral es único en el mundo por sus tonalidades naranja-roja y rosa salmón.  

10/12 © Getty Images

Tour del aceite  

Sicilia produce un aceite de excepcional calidad y sigue manteniendo sus métodos tradicionales anticipando en muchos casos la recogida de la aceituna. En esta parte de la isla es muy habitual comprobar como se organizan catas y tours dedicados al «oro verde». Una de las visitas más recomendables es la Antica Tenuta dei Principi Pignatelli en Castelvetrano. 

11/12 © Age Fotostock

El castillo de Federico II 

En Giuliana se encuentra el castillo mejor conservado en las cercanías de Palermo. Perteneció al rey Federico II de Sicilia, quién también pasó a la historia como emperador del Sacro Imperio Germánico y rey de Chipre y Jerusalén. La fortaleza domina un paraje excepcionalmente bello -no hay que perderse la vista desde la Torre del Homenaje- y en su interior se organizan comidas y charlas sobre este rey enterrado en la catedral de Palermo (en la imagen) junto a Constanza de Aragón, su primera esposa. 

12/12 © Getty Images

MUY PRÁCTICO

Cómo llegar:  

Palermo es uno de los cuatro aeropuertos que tiene Sicilia junto a Catania, Comiso y Trapani. Las compañías Ryanair y Vueling mantienen vuelos directos a la capital siciliana desde Madrid y Barcelona. 

 

Clima:

Mediterráneo con inviernos templados y veranos calurosos. 

 

Dónde dormir:  

En Palermo,  Rocco Forte Villa Igiea (roccofortehotels.com), un cinco estrellas exquisito en Monte Pellegrino junto a las aguas del Golfo de Palermo. En Castelvetrano, Hotel Case de Latomie  (casedilatomie.com), elegante establecimiento rural rodeado de campos verdes repletos de cítricos y olivos, cerca de las ruinas griegas de Selinunte. 

 

Dónde comer:

En Sciacca, Porto San Paolo (portosanpaoloristorante.it), excelentes pescados y mariscos ofrecidos por la familia Ciancimino desde 1994. Con terraza panorámica del puerto. En Castelvetrano, Carbona (agriturismocarbona.it). Especializado en comida regional siciliana con vistas a los olivares. 

Más sobre: