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Piscina de agua salada y un jardín repleto de pinos, olivos y frutales son parte de su atractivo.

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Todas las casas cuentan con terraza privada.

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Desde los frondosos jardines de la finca es fácil escuchar el sonido del mar.

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El Cortijo la Fontanilla es un lugar excepcional para disfrutar del tan reclamado slow travel.

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