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Hay vivencias que perduran en la memoria, como la de hacer una ruta deliciosa por la comarca del Salnés, en las Rías Baixas, recorriendo cuatro pazos históricos donde se cría el vino gallego más deseado: el albariño. Un vino popular, pero de orígenes nobles, que viene al mundo rodeado de aristócratas, obras de arte y árboles gigantes. Las experiencias vividas en estos pazos son, sin duda, para compartirlas.

 

El escritor gallego Álvaro Cunqueiro llamó al albariño «el príncipe dorado de los vinos». Lo de dorado no necesita explicación, porque salta a la vista. Lo de príncipe, tampoco, viendo los pazos donde nace y se cría: vetustos palacios de eterno granito habitados por marqueses de toda la vida. 

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PAZO DE FEFIÑÁNS

En la margen oriental de la ría de Arousa, a media hora de Pontevedra, está Cambados, la capital de este «príncipe dorado», a rebosar de pazos, rúas y plazas monumentales. La mayor, la plaza de Fefiñáns, a la que da nombre y lustre un pazo tremendo del siglo XVI, el Palacio de Fefiñanes y Gil Armada, aloja dos de las veintitantas bodegas que hay en la localidad.

La bodega Gil Armada (bodegagilarmada.com) da acceso a los salones del pazo, sus viñedos centenarios, su bosque y sus huertas. Se puede hacer un recorrido corto, por 7 €, y uno largo, por 12. La degustación adicional de albariño cuesta 3 €. La otra bodega, Palacio de Fefiñanes (fefinanes.com), puede visitarse por 6 € (incluye degustación de un vino). Fue la primera que embotelló vino de la zona, en 1928.

 

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Otro lugar imprescindible en Cambados es el Museo del Vino, que ocupa una antigua casa rectoral junto a las ruinas de la iglesia de Santa Mariña Dozo, hoy un cementerio bellísimo. En el museo, que abarca todos los aspectos de la Denominación de Origen Rías Baixas, destaca el conjunto escultórico Loureiro, de Manolo Paz, formado por unas enormes copas de vino de granito plantadas a la vera de un viejo lagar (en la imagen). Al lado del museo, además, está el monte da Pastora, con un mirador en lo alto desde donde se contempla un paisaje que abre el apetito, pues Cambados aparece rodeado de un mar de viñedos y otro de bateas, las de la ría de Arousa.

En Cambados también está la torre de San Sadurniño, una atalaya costera que se levantó en el siglo VIII o IX en un islote para avisar de los ataques vikingos y servir de faro. Es el lugar perfecto para hacer fotos al atardecer, cuando el último sol hiere estas piedras milenarias.

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PAZO DE SEÑORÁNS

Tras un pazo urbano, otro campestre, el de Señoráns, que está en Vilanoviña (Meis), a 12 kilómetros de Cambados, sobre una colina rodeada de parras de albariño. Si hay un lugar que merece el apelativo de Toscana gallega es este. Visitar este pazo del siglo XVI es descubrir su hórreo monumental, de 18 metros de largo; la sala donde se elabora el aguardiente como siempre se ha hecho en Galicia (a fuego directo en alambiques de cobre, con doble destilación); el antiguo lagar; la capilla y los impecables salones de la planta baja. Las salas y habitaciones de arriba no son visitables, son de la familia de Marisol Bueno, la bodeguera que elabora estos blancos de guarda (pazodesenorans.com). Visita guiada de 2 horas con degustación: 20 €.

 

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PAZO BAIÓN

De un palacio-bodega impecable, a otro aún más impecable: el pazo Baión, en la parroquia de Vilanova de Arousa. Un palacio rural del siglo XV remozado en 2010 por el gran arquitecto gallego César Portela y propiedad de la bodega Condes de Albarei, que lo ha convertido en el mayor centro de enoturismo de Galicia, con una magnífica tienda y sala de cata (pazobaion.com). Visita con degustación (12 €), incluyen un paseo por el viñedo, las instalaciones de la bodega, el palomar y la vaquería.

 

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6/7 © Pazo de Rubianes

PAZO DE RUBIANES

Los tres pazos vistos hasta ahora son maravillosos, sin duda, pero ninguno de ellos puede hacerle sombra al de Rubianes, en la parroquia homónima de Vilagarcía de Arousa, una construcción del siglo XVIII rodeada de un jardín de árboles gigantes y centenarios que forma parte de la Ruta de la Camelia: magnolios, calocedros, criptomerias, alcanfores, fresnos, araucarias, robles, alcornoques, eucaliptos... Hay 4500 ejemplares de camelias, que hacen que el invierno, aquí, se confunda con la primavera. Hay estanques, hórreos, cruceros, miradores y alrededor 25 hectáreas de albariño, la mayor finca en la comarca. Pero la gran curiosidad, en la que todo el mundo repara, son los confesionarios minúsculos, casi planos y plegables, de la capilla de 1598 (pazoderubianes.com). La visita al pazo incluye degustación de vino (16 €). También se visita por libre de lunes a viernes, precio: 7 € (10 con degustación).

 

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7/7 © Pazo de Rubianes

GUÍA PRÁCTICA

La ruta propuesta, uniendo los pazos de Fefiñáns, Señoráns, Baión y Rubianes, es sencilla, de poco más de 20 kilómetros. Y arranca en Cambados, que está a 27 kilómetros de Pontevedra.                

    

PARA DESCANSAR

En Cambados también hay otros pazos reconvertidos en hoteles, como el de Bazán, del siglo XVII, que ahora acoge el Parador (parador.es), con mobiliario antiguo, columnas de piedra, techos y vigas de madera, y restaurante de cocina tradicional gallega. Rodeado de viñedos, también el Pazo A Capitana (pazoacapitana.com). Y en la misma localidad, el Hotel Real (hotelrealcambados.com), un hotel boutique en una vivienda centenaria en el corazón de Cambados, dentro del conjunto histórico de Fefiñáns, con habitaciones muy cuidadas y tienda de vinos y licores de elaboración propia.

 

UN DESCANSO PARA COMER

La moderna cocina de Yayo Daporta (yayodaporta.com), especializada en pescados y productos locales, ha sido reconocida con una estrella Michelin y se degusta en una casona señorial de Cambados que funcionó como hospital real. También en esta localidad está A Fonte do Viño (afontedovino.com) es una marisquería con productos de primera, a buen precio. Muy ricas, las ostras marinadas con el albariño de la casa. Y una mezcla de cocina vasca y gallega tradicional es la que ofrece la Taberna do Trasno (atabernadotrasno.com), en un restaurante bien decorado del casco histórico de Cambados.

Si ya has hecho la ruta del albariño, conoces sus pazos, sus pueblos, sus jardines históricos, has dormido en alguno de los alojamientos, has disfrutado de la cocina gallega en los restaurantes, puedes recuperar estos y otros recuerdos vividos y compartirlos en las RRSS de Rías Baixas con el hastag #momentosRíasBaixas.

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