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Sí, por sus playas y su festival, tal vez te suene más esta localidad como lugar de veraneo en la costa de Castellón, pero en otros momentos, con un entorno natural que aúna mar y montaña, podemos disfrutar de muchas otras experiencias, desde excursiones al aire libre a rutas teatralizadas, programas de retiro healthy o gastronomía slow food.

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LA RUTA DE LAS VILLAS

El paseo con más estilo de Benicàssim discurre por las playas Torre de San Vicent, Almadraba y Voramar, al que se asoman un conjunto de palacetes modernistas de finales del siglo XIX y principios del XX al más puro estilo francés. Entre las 51 villas catalogadas y rodeadas de bellos jardines podrás admirar joyas arquitectónicas como Villa Pons, Villa Amparo o el palacete municipal Villa Elisa, restaurado para uso turístico cultural.

 

La ruta de las Villas, un paseo con mucho estilo por Benicàssim

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A PIE POR EL DESIERTO DE LAS PALMAS

También saludable y entretenido es descubrir el pulmón verde de Castellón tomando alguna de las sendas que parten del centro de interpretación de este parque natural de espléndida vegetación mediterránea y ponerte a andar. Así se alcanzan las ruinas del Castell Vell, un castillo musulmán que fue el origen de la ciudad; la cumbre de este espacio, el pico Bartolo y el monasterio carmelita, en la parte más alta de la montaña y rodeado de palmitos, donde dicen que se inventó el vino moscatel. Podemos visitar su iglesia, las ermitas dispersas por el entorno y la biblioteca, archivo y museo de arte sacro que acoge (desiertodelaspalmas.com).

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POR LA VÍA VERDE EN BICI

No hay plan más saludable en este agreste entorno costero que subirte a una bicicleta y pedalear por la ruta ciclista litoral que une Benicàssim con Oropesa. Son 11 kilómetros, entre la ida y la vuelta, para hacer sin prisas. En el camino, irás descubriendo torres vigía, túneles o acantilados mientras disfrutas de unas vistas excepcionales al Mediterráneo. Como complemento, se acaba de inaugurar desde Mohíno al Voramar una senda saludable de casi 7 kilómetros que corre paralela al carril bici y conecta con la Vía Verde del Mar.

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ENTRE NARANJAS Y PIRATAS

La forma más divertida de conocer la historia, los monumentos y el entorno natural de Benicàssim es apuntarte a alguna de las ¡40 rutas! programadas, algunas de ellas teatralizadas, que recorren de punta a punta el municipio. Puedes empezar por la Ruta de la Naranja, vivir una aventura con Los Piratas de la Torre de Sant Vicent y seguir el rastro a Las Brujas de los Corvaxos. Las rutas se reservan en turismobenicassim.com y tienen un precio de entre 3 y 5 €. Otra buena idea es la visita al Centro de Interpretación de la Torre de San Vicent (5 €), que incluye la experiencia con gafas de realidad virtual.

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UN PLAN SLOW FOOD

Entre visita y visita hay que reservarse un tiempo para probar los sabores de la tierra en los restaurantes que ofrecen una experiencia slow food, basada en menús saludables elaborados con los productos locales y de proximidad: pescados y mariscos, frutas frescas como la uva de moscatel y la naranja de los huertos benicenses, o el famoso licor carmelitano, elaborado por los monjes del monasterio del Desierto de las Palmas. El restaurante del hotel Voramar (voramar.net), Playa Chica (playachica-benicassim.com), Ay Carmela (tel. 623 04 44 85) o La Llar (lallarrestaurante.com) son buenas direcciones.

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UNA (O MUCHAS) EXPERIENCIAS HEALTHY

Desconectar, recuperarse del estrés, descansar y encontrar el equilibro entre cuerpo y mente es más fácil en un entorno entre el mar y la montaña y, además, con buen clima mediterráneo. En Benicàssim, algunos hoteles y centros especializados en salud y bienestar ofrecen experiencias basadas en el agua del mar, las actividades deportivas y la talasoterapia, como el complejo Palasiet (palasiet.com) o los tres establecimientos del grupo Intur (intur.com)

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