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Desde sus terrazas, ideales para disfrutar del desayuno, se ve el mar de tejados de la ciudad y hasta las torres de la catedral.

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Para acceder al hotel es necesario llamar al timbre.

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Hotel Armazém, con un cuidado diseño y donde miman a sus huéspedes para que se sientan como en casa.

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El perfecto decorado del miradouro da Vitória.

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Imprescindible un paseo por el romántico claustro de la Catedral.

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Largo da Pena Ventosa, una preciosa placita de suelos empedrados y edificios de colores.

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Los icónicos tranvías de la ciudad son un medio de transporte perfecto para los que se cansen de sus empinadas cuestas, y además nos llevan hasta la misma playa.

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Bodegas Croft, la más antigua de Oporto.

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Restaurante del hotel The Yeatman, en Vila Nova de Gaia, con dos estrellas Michelin.

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Hotel The Yeatman y sus espectaculares vistas sobre la ciudad.

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Spa en The Yeatman.

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El vino es el protagonista en los tratamientos del spa del hotel The Yeatman.

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No hay estampa más romántica de la ciudad que ver el atardecer desde el ponte de Don Luis I, ni imagen más icónica.

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