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Durante la visita general podemos conocer el proceso de recuperación de este paisaje cultural que estuvo a punto de perderse a mediados del siglo XX.

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En verano el valle es un paisaje blanco, el momento en que se produce la sal.

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Todos los recorridos por el Valle Salado son guiados.

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La salinidad de las aguas es de más de 250 gramos por litro.

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El punto y final a las visitas es el spa salino.

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Junto al pueblo de Salinas de Añana podemos ver el alucinante mosaico que forman estas 2000 terrazas de madera donde se expone la sal al sol.

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