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Discurre entre el santuario de Lluc y Formentor, la parte más al norte de la sierra de Tramontana. Algunos tramos se pueden hacer a pie, otros en coche e incluso en barco. En el camino descubriremos torrentes, calas ganadas a los riscos y faros en los acantilados más evocadores.

EL INICIO: EL SANTUARIO DE LLUC

La patrona de Mallorca, Santa María de Lluc, La Moreneta, como todo el mundo la conoce, se venera en la basílica de este monasterio barroco situado a 48 kilómetros de Palma. Rodeado de un bosque de encinas, a 900 metros de altura, acoge también un museo, un jardín botánico y una hospedería. Si es posible, podemos oír a Els Blauets, los niños de su escolanía, cantando a diario la salve y animando las celebraciones dominicales y festivas (lluc.net).

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LA EXCURSIÓN A PIE

La ruta por el Torrent de Pareis (torrentdepareis.info) es ideal para aquellos a los que les gusta patearse la montaña. Arranca en el agreste municipio de Escorca, en el kilómetro 25,200 de la MA-10 y tiene 5 kilómetros de recorrido, con algunos puntos de dificultad. Hay que ir bien preparados con botas y agua pues son 5 horas de caminata. El premio a tanto esfuerzo es contemplar una de las desembocaduras más maravillosas al Mediterráneo: la cala Sa Calobra, de pequeños cantos rodados y guijarros repartidos en 60 metros de playa, y flanqueada por acantilados de 200 metros de altura y el azul oscuro intenso de sus aguas profundas.

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EN COCHE

A Sa Calobra también podemos llegar en coche, después de haber parado para pasear por las calles empedradas de Valldemossa (en la imagen), contemplar las vistas desde la iglesia de Deià, hacer parada en Sóller o desviarnos hacia el pequeño y encantador pueblo de montaña de Fornalutx. Son casi dos horas de trayecto por una zigzagueante carretera, el último a prueba de mareos, para apreciar la magnitud de la sierra de Tramontana. A pie se recorre el túnel que lleva hasta el Torrent de Pareis.

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EN BARCO

Con el mar en calma, la llegada a Sa Calobra en barco desde el Port de Sóller, permite admirar la grandiosidad de los acantilados desde el agua (barcosazules.com). En verano, la línea 355 de autobuses conecta Sa Calobra con Escorca.

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ARENALES DE POLLENÇA

Un paseo por las callejuelas que rodean y conducen a la plaza Major y a la Vella dan una idea del origen medieval de Pollença. Antes de llegar al puerto, un desvío a la izquierda nos llevará hasta la cala Sant Vicenç, con tres pequeños y preciosos arenales: cala Carbó, cala Clara y cala Barques.

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CABO FORMENTOR, PUNTO Y FINAL

El fin de esta ruta de acantilados y calas escondidas lo pone el cabo Formentor, con su cala rodeada de pinos –donde se encuentra el hotel del mismo nombre en el que han veraneado grandes personalidades internacionales– y su faro. Un poco antes de llegar a este, desde el mirador de Sa Creuta, hay que detenerse a apreciar la grandiosidad del «Finisterre» mallorquín, con la cala Bóquer a la izquierda y el islote Colomer a la derecha.

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GUÍA PRÁCTICA

Dónde dormir

En la Hospedería del santuario de Lluc (lluc.net), con habitaciones y apartamentos con cocina. En Sóller, en el moderno Aimia Hotel (aimiahotel.com). Y en la playa de Formentor, en Barceló Formentor (barcelo.com), un hotel de lujo en un entorno privilegiado que forma parte de la historia de Mallorca.

Dónde comer

En Lluc buena elección Es Guix (esguix.com), donde degustar caracoles con alioli, arroz brut y cabrito en una terraza construida sobre las rocas y rodeada de encinas y un lago natural. Y en el entorno de Sa Calobra, en Ses Taronges (tel. 971 51 70 69), de cocina casera mallorquina a precio razonable. En Deià (localidad de la imagen), en Bens d’Avall (bensdavall.com), de cocina de autor, de vanguardia, con vistas inmejorables desde su terraza.

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