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MARAVILLAS DESDE MI PANTALLA  / 29

A Meteora –que significa rocas en el aire– no se va a ver ruinas de la antigua Grecia, sino algunos de los monasterios cristianos ortodoxos más espectaculares del mundo. Y lo son porque fueron levantados en el siglo XIV coronando las cimas de unas increíbles rocas modeladas por el tiempo y la erosión, como si levitaran sobre los valles de la provincia de Tesalia. El conjunto original lo formaban 21 monasterios, de los que en la actualidad solo quedan 13 y solo 6 se pueden visitar. Dejando a un lado el vértigo, el ascenso hasta ellos regala unas vistas del entorno inmejorables. Una conjunción perfecta entre el hombre y la naturaleza, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en la que late un pedazo esencial de la cultura griega.

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SABÍAS QUÉ…

Ascetas y ermitaños vivieron en este lugar dedicados a la oración y el retiro desde tiempos inmemoriales, aunque no fue hasta el siglo XII cuando cristianos ortodoxos crearon la primera comunidad monástica.

Los monasterios al borde del abismo fueron construidos como «escaleras» para acercarse a la divinidad.

Durante el siglo XIV, el momento de máximo esplendor, llegaron a existir en Meteora 21 monasterios. Hoy solo seis de ellos acogen a un puñado de monjes y monjas entre sus vetustos muros.

El más grande e importante de todos los monasterios es del Gran Meteoro, que da nombre a toda la zona, y se encuentra a 613 metros sobre el nivel del mar. Lo fundó San Athanasios, compilador de las reglas que hasta hoy rigen los destinos de su vida monástica.

Según una leyenda, en lo alto de la roca donde se encuentra el monasterio de Vaarlam habitaba un monstruo que los monjes Theophanis y Nektarios, lograron ahuyentar. Fueron ellos los que terminaron construyendo el cenobio con sus propias manos y hasta acarrear el material durante más de 20 años a la cima.

Un anuncio de Aguila Amstel rodado en 1999 simulaba un partido de fútbol de los monjes de Meteora en uno de sus monasterios, aunque en realidad no fue grabado allí porque la comunidad monástica no lo permitió.

También cinematográfico, el monasterio de la Santísima Trinidad, del que se hizo una réplica en una roca cercana para rodar algunas escenas de la película «Solo para tus ojos», de James Bond, ya que el rodaje tampoco fue permitido en él.

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IMPRESCINDIBLES

El monasterio Megalo Meteora o Gran Meteoro es el más grande y uno de los más espectaculares. Y su iglesia de la Transfiguración, de las más hermosas de Grecia, con maravillas como los frescos absidales de la Sagrada Comunión o la imagen de Athanasios, su abad fundador. También dignas de admirar su biblioteca, las antiguas cocinas, la bodega y el osario.

El monasterio de Varlaam –el segundo en tamaño e importancia–, un oasis de silencio en el que se mezclan peregrinos con velas como ofrendas, turistas embelesados con su parekklesion (capilla) de los Tres Obispos (1637) y monjes de negro hábito y largas barbas camino de sus tareas. Aunque si hay una escena difícil de olvidar de Varlaam son las vistas que se contemplan desde su balaustrada.

El ascenso hasta el monasterio Rousanou, fundado a mediados del siglo XV y dedicado a Santa Bárbara. Hoy en vez de monjes son monjas las que, transformado en convento, habitan en él.

La iglesia del monasterio de San Nicolás Anapafsa, cuya silueta recortándose sobre el gris de la gigantesca roca que tiene a sus espaldas es una de las estampas míticas de Meteora. Atención especial a los frescos del artista Theophanis Strelitzas.

El recoleto templo del monasterio de San Esteban, uno de los de más fácil acceso, donde admirar sus frescos que datan de 1545.

Solo para los más osados, la subida al monasterio de la Santísima Trinidad, cuyo acceso es el más dificultoso. Eso sí, subir por sus peldaños labrados en la roca tiene como recompensa unas vertiginosas panorámicas.

Alojarte en alguno de los hoteles de Kalambaka o Kastrasis, los principales núcleos de población de Meteora, que tengan vistas a las formaciones rocosas. Despertarse en sus habitaciones o cenar en sus terrazas a la luz de las velas con panorámicas así no tiene precio. El lujoso cinco estrellas Divani Meteora (divanis.com) o Rex (hotelrex.gr) son dos buenas elecciones.

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MUY PRÁCTICO

Desde España en vuelo directo a Atenas y desde la capital griega a Meteora, en la provincia de Tesalia, en tren (trainose.gr/en/) o autocar. En ambos casos, el viaje supone una inversión de unas cinco horas, ya que las separan unos 350 kilómetros.

El precio de entrada a cada uno de los cenobios cuesta 3 € y el horario suele ser de 9 a 18 horas, dependiendo de la época del año.

Para entrar a cada uno de los conventos hay que vestir de manera adecuada: hombros y rodillas tapados. A la entrada de cada uno de los conventos hay prendas (a devolver a la salida) que se ofrecen a los visitantes para los que se hayan olvidado.

El mejor momento para la visita es al atardecer, primero por las vistas, porque se disfrutan con mayor soledad, pero también porque durante los meses estivales el sol puede ser implacable y en algunos casos hay que subir cientos de escalones hasta llegar a lo alto.

La forma más fácil y cómoda de visitar los monasterios de Meteora, sobre todo si no tienes mucho tiempo, es contratar un tour. La gran mayoría del recorrido trascurre por senderos, caminos o carretera en buen estado y acondicionados, eso sí si se va a hacer el recorrido a pie hay que saber que la ruta implica cambios constantes de pendiente.

VISITA VIRTUAL

Adelántate y haz un tour virtual por los monasterios desde otro punto de vista en: visitmeteora.travel

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