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¿Eres de los que desvelas tus secretos? Cierto es que no se debería, pero es que hay algunos que cuesta no contar y guardárselos para uno mismo. Eso es lo que ocurre cuando viajas al Algarve y descubres sus pequeños paraísos. Compartimos nuestros descubrimientos en este rincón del sur de Portugal.

¿DÓNDE ESTÁN LAS MEJORES PLAYAS DE EUROPA?

Cruzar el Algarve y hacerlo sin pisar alguna de sus muchas playas es misión imposible, porque son casi 200 kilómetros de costa los que tiene. Entre ellas se encuentran las galardonadas, año tras año, como las mejores playas de Europa, por algo el Algarve ha recibido el premio al «Mejor Destino de Playa de Europa en 2019» en los World Travel Awards (algo que ya ocurrió en 2012, 2013, 2015, 2016 y 2017, ahí es nada). ¿Y cuáles son las mejores? Dona Ana, en Lagos; la Praia da Marinha, en Carvoeiro; la Praia da Falesia o la de Castelo, en Albufeira; en Portimao, la de Tres Irmaos o La Rocha; o la playa de Camilo, en Lagos, seguro que no decepcionan a los más adictos playeros. 

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CALAS SECRETAS Y DELFINES

Para los que en vez de playazos prefieren pequeñas calas, el Algarve anda sobrado. Muchas de ellas son accesibles solo en pequeñas embarcaciones y la recompensa es llegar a un pequeño paraíso donde uno está prácticamente solo, algunas incluso en temporada alta. La cala más famosa, aunque no precisamente vacía, es Benagil, «la Catedral del Algarve». A ella se llega, con no mucho esfuerzo, desde la vecina playa del mismo nombre en kayak, tabla de paddel surf, o bien en barco desde cualquier otra playa de este rincón. Una enorme cúpula natural formada por la erosión con un agujero en el centro que deja pasar la luz crea un escenario de película. A lo largo de toda la costa es posible alquilar embarcaciones para descubrir grutas secretas, bajarse en ellas a darse un baño o tomar un pícnic. Empresas como Dream Wave (dreamwavealgarve.com), en el puerto de Albufeira, realizan rutas para descubrir estas grutas y de paso ir en busca de delfines.

La zona de Ponta da Piedade, en Lagos, también es perfecta para descubrir espectaculares pilares naturales y grutas ocultas creadas por la erosión de millones de años.

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PISCINAS NATURALES Y GRUTAS ESCULPIDAS DURANTE SIGLOS

Uno de los pueblos más bellos del Algarve es Carvoeiro, que parece un pequeño anfiteatro con sus casas asomadas al mar. El lugar perfecto para desgranar alguno de sus secretos se encuentra caminando junto a la costa por sus pasarelas de madera, que regalan la mejor de las perspectivas. Las insólitas formaciones rocosas de esta zona conocida como Algar Seco, esculpidas por el viento y el mar durante cientos de años, se recorren entre cuevas escarpadas, grutas o hendiduras hasta reposar en ventanas naturales y miradores con increíbles vistas al océano. Junto a la gruta Boneca se encuentra un encantador restaurante donde tomar algo, Boneca bar, perfectamente adaptado al entorno. Continuando por el camino que sale a la izquierda desde Boneca desciendes a una serie de pozas naturales entre los acantilados, hay que ser valiente (el agua está muy fría), pero os aseguramos que pocas veces encontraréis una piscina mejor.

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EXPERIENCIAS GASTRO MUY TOP

Nos alejamos de los típicos días de playa para conocer Faro, la capital del Algarve, y descubrir su pequeño casco antiguo, una delicia de calles empedradas. Además de las vistas desde la torre de la catedral, que superan las murallas de la ciudad, y permiten admirar el esplendor de la ría y las marismas, no hay que dejar de ver la capilla de los huesos, tan curiosa como macabra, con más de 1000 esqueletos decorando sus paredes.

Pero el secreto de Faro lo descubrimos en su excelente gastronomía y su apuesta culinaria, en su no tan conocido mercado (mercadomunicipaldefaro.pt), estupendo para perderse entre los puestos. Otra propuesta son las experiencias gastro que ofrece Tertulia Algarvia (tertulia-algarvia.pt), desde talleres gastronómicos en familia en los que se elaboran platos tradicionales de la región como la cataplana (donde se cocina al vapor pescados o mariscos con arroz o patatas) o la tiborna (una rebanada de pan con aceite, azúcar, zumo de naranja y canela), a visitas al mercado, donde adquirir ingredientes con los que hacer vuestras propias elaboraciones.

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DONDE ACABA LA TIERRA (Y EMPIEZA EL MAR)

Para los que deseen viajar al punto más occidental de toda Europa han de ir al cabo San Vicente y, de paso, descubrir playas salvajes que son un auténtico paraíso para los surfistas. Aquí se aúnan naturaleza en estado puro, vertiginosos acantilados (algunos de más de 50 metros de altura), silencio y soledad. Pero en la que es la parte más recóndita y desconocida del Algarve también se descubre la península de Sagres, bordeada por una senda asomada al Atlántico, donde admirar su fortaleza del siglo XVI, avistar delfines y ver la puesta del sol desde su bonito faro.

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UNA PEQUEÑA CIUDAD DE PESCADORES

Tavira es una de las poblaciones más encantadoras del Algarve, situada a ambos lados del río Gilão y unidos sus barrios por un puente de origen romano por el que, en tiempos, pasaba una calzada costera que comunicaba Castro Marim y Faro. A la ciudad hay que venir sin prisas porque hay mucho por ver, como sus 21 iglesias, las pequeñas plazas y casas tradicionales encaladas y adornadas con azulejos, el barrio de Vila-Adentro, con restos de la muralla árabe, y un castillo medieval que es un excelente mirador.

Pero su secreto reside en la Illa de Tavira, una de las cinco que forman el Parque Natural da Ría Formosa (con miles de aves de más de 100 especies diferentes), y a la que se llega en un breve trayecto en ferry. Tiene 12 kilómetros de playas infinitas, como la playa do Barril, donde toparse con un impresionante cementerio de anclas. Otro secreto desvelado es acercarse a Santa Luzia, un pequeño pueblo a poco más de 4 kilómetros de Tavira, a comer el mejor pulpo del Algarve en alguno de sus restaurantes, como Casa do Polvo.

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SECRETOS DIVERTIDOS PARA LOS MÁS PEQUEÑOS

Que Zoomarine (zoomarine.pt) es el mejor parque temático de Portugal no es un secreto, pero tiene sus secretos, porque además de un parque acuático donde descargar adrenalina, también es un pequeño zoológico donde conocer especies de los distintos continentes e interactuar con ellas, pero es que además es un parque con conciencia medioambiental. Su participación en importantes proyectos conservacionistas lo trasladan a las actividades dirigidas a los visitantes. Así, es posible visitar su Centro de Rehabilitación de Especies Marinas, dedicado al rescate, la rehabilitación y la devolución al medio natural de animales marinos. Y esto es lo que más nos gusta de ellos.

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AL ENCUENTRO DE 30.000 AVES Y UN PEQUEÑO «MAR MUERTO»

No las hemos contado, pero sí hay muchas, y de más de 200 especies distintas. Lugares como el Parque Natural de la Ría Formosa, con 60 kilómetros de islas y canales, son lugares privilegiados para la observación de aves acuáticas durante todo el año, entre ellas colonias de garzas rojas y garzas reales.

También la Reserva Natural de Castro Marim y Vila Real de Santo António, uno de los humedales más importantes de Portugal, con un centro de interpretación desde el que realizar rutas. Algunas de ellas llevan a las salinas en busca de la flor de sal de Castro Marim, la mejor del país, elaborada aún con procesos artesanales. En este mismo lugar es posible darse un baño en un spa natural salino, como si estuvieras en el mismísimo Mar Muerto, porque su concentración de sal te hace flotar.

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LAS LOCALIDADES MÁS BELLAS

La pequeña y costera Cacela Velha es una aldea de postal. Se eleva sobre un promontorio que domina el Parque Natural de Ría Formosa, con sus casas blancas de puertas y ventanas enmarcadas en azul, calles empedradas y mucha tranquilidad. Junto a Sagres queda el pequeño pueblo de pescadores de Vila do Bispo, y cerca de Faro, la capital, Olhao, con su mercado construido sobre estacas para ganar terreno a la ría. Hacia el interior, Silves, con su icónico castillo en la cima de la colina desde cuyas almenas se contempla una espectacular panorámica. Y en la sierra, Monchique el lugar perfecto para una desconexión.

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PRAIA DOS SALGADOS, LA ZONA MÁS NATURAL DE ALBUFERIA

Playas hay muchas, pero la de Dos Salgados es una de las más naturales. Un enorme arenal de dunas junto a la Laguna dos Salgados, un humedal de agua dulce punto de encuentro de aves migratorias en plena Albufeira. En este oasis se encuentra el Vidamar Resort (vidamarresorts.com), un mar de palmeras junto a las dunas, unido a la playa por una pasarela de madera respetuosa con el entorno, con fantásticas piscinas y espacios perfectos para las familias. El secreto del hotel está en su ubicación, lo suficientemente cerca de Albufeira para los que les apetezca disfrutar del ambientazo de esta ciudad, de su casco antiguo repleto de pubs y restaurantes o de las terrazas de su centro deportivo, pero, a la vez, lo suficientemente alejado del bullicio para no perturbar el descanso.

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