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Bonilla de la Sierra (Ávila), Níjar (Almería), Roda de Isábena (Huesca), Bagergue (Lleida), Potes (Cantabria), Tazones (Asturias), Carmona (Cantabria), San Martín de Trevejo (Cáceres), Viniegra de Arriba y Viniegra de Abajo (ambos en La Rioja) y Setenil de las Bodegas (Cádiz) pasan a engrosar la lista de los más bonitos de nuestro país, de la que ya forman parte otras 68 villas excepcionales por su belleza arquitectónica, su patrimonio cultural, sus tradiciones y su entorno natural.

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CARMONA (CANTABRIA)

Su encanto, su cuidada arquitectura típica, su entorno y su tranquilidad hacen de este bello municipio cántabro un lugar ideal para la desconexión y los amantes de la naturaleza. Declarado conjunto histórico, mantiene intactos vestigios de su pasado, como sus calles empedradas y el palacio de los Dóas Cossio y Mier, actual Parador de Turismo, y aún se pueden contemplar en sus calles oficios como la ganadería y la artesanía. Prueba de ello es la Pasá, una fiesta tradicional que consiste en la bajada del ganado tudanco, con sus cabezas decoradas, de los puertos de montaña de Sejos, donde permanece en época estival.

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TAZONES (ASTURIAS)

El único puerto asturiano con carácter imperial está ubicado en las inmediaciones de la ría de Villaviciosa. Y lo es porque fue el primero que conoció el emperador Carlos V en su primer viaje a la Península. El recóndito y amable pueblo que antaño cautivó el corazón de un joven emperador, hoy conquista por sus antiguas y coloristas casitas de pescadores, sus hórreos, sus rincones tan singulares como el de la casa de las conchas y el animado ambiente de sus restaurantes y terrazas, que ofrecen los mejores manjares del Cantábrico.

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POTES (CANTABRIA)

En el centro de la comarca de Liébana, donde se unen los ríos Deva y Quiviesa, y rodeada de un espectacular paisaje, Potes descubre a cada paso su rica historia. Paseando por sus callejuelas se van descubriendo sus caserones blasonados, sus puentes y sus torres del Infantado y de Orejón de la Lama, ambas del siglo XV. Pero además conserva un gran sabor popular y mucho encanto, también gastronómico, con el cocido lebaniego como plato estrella.

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RODA DE ISÁBENA (HUESCA)

Tiene menos de 60 habitantes, pero este pequeño pueblo de la comarca de la Ribagorza presume con orgullo de ser el pueblo más pequeño de España con sede catedralicia. Aparte de la catedral de San Vicente, Roda de Isábena es un encantador rincón medieval con calles empedradas, sin tráfico, y con unas vistas desde el mirador de la hospedería o desde la puerta de Santa Ana que desvelan que este pueblo fue levantado para vigilar el acceso al valle de Isábena.

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SETENIL DE LAS BODEGAS (CÁDIZ)

La singularidad y belleza de su entramado urbano hacen de Setenil uno de los municipios más bellos de la Sierra de Cádiz. Las casas, unas bajo la roca y otras sobre esta o en su interior, imprimen diferentes niveles de altura a las calles, configurándose rincones tan especiales como las calles de la Cuevas de la Sombra y de las Cuevas del Sol. El castillo que domina el pueblo es una fortaleza de origen medieval, que conserva la torre del homenaje y un aljibe. Su patrimonio se completa con la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación; la antigua casa consistorial y las ermitas de Nuestra Señora del Carmen y San Sebastián.

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BAGERGUE (LLEIDA)

Situado a 1.490 m de altitud, este bonito pueblo es el municipio habitado más alto del valle del Alto Arán y forma parte del Inventario del Patrimonio Arquitectónico de Cataluña. En él destaca su interesante museo Eth Corrau, con más de 2.500 piezas que muestran la vida cotidiana y la artesanía más rústica aranesa. Destaca también la iglesia parroquial de Sant Feliu del siglo XIII. A un kilómetro, siguiendo el río, merece la pena conocer la ermita de Santa Margarida.

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BONILLA DE LA SIERRA (ÁVILA)

Este pequeño pueblo del valle del Corneja es, sin duda, una de las joyas de la provincia de Ávila. La villa de Bonilla de la Sierra presume de historia, patrimonio y naturaleza a partes iguales, fue durante siglos el lugar descanso de reyes y obispos. De ahí su carácter de villa episcopal y el rico patrimonio que conserva en pleno siglo XXI. La localidad estuvo en su día cerrada por una muralla de algo más de un kilómetro de diámetro, de la que quedan restos, como la Puerta de Piedrahíta, aunque en su día hubo cuatro accesos. Por cualquiera de sus calles principales se alcanza la preciosa plaza porticada del pueblo, con la iglesia-colegiata de San Martín de Tours, una auténtica joya en este bello municipio.

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 VINIEGRA DE ABAJO (LA RIOJA)

Atravesado por el río Urbión, entre una extensa y variada foresta, y a casi 1.000 metros de altitud, está la otra Viniegra, la de Abajo. Trashumancia y viveza conviven en esta villa riojana de tradición ganadera, que tiene en la naturaleza y en la agricultura sus principales señas de identidad. Pero no son las únicas, basta con ver el monumento al Sagrado Corazón de Jesús, en lo alto del monte Turza, la espectacular iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, que data del siglo XVI, o la histórica ermita de la Soledad, para comprobarlo. Entre sus festividades destaca la fiesta de las piraguas, el primer fin de semana del mayo, y sobre todo, las fiestas de Santiago.

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 SAN MARTÍN DE TREVEJO (CÁCERES)

Enclavado en la Sierra de Gata, haciendo frontera con Salamanca y Portugal, ha sido su aislamiento en este entorno el que ha hecho que San Martín de Trevejo conservara su arquitectura tradicional y hasta un dialecto propio, a fala, una mezcla de vocablos galaico-portugueses. Vigente hasta nuestros días gracias, está presente en todos los ámbitos y lugares: en los nombres de las calles, en los carteles de las tiendas y, principalmente, en las conversaciones de los lugareños.

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VINIEGRA DE ARRIBA (LA RIOJA)

A 1.182 m de altitud, Viniegra de Arriba no solo es el municipio de mayor altitud de las Siete Villas, también es el segundo de La Rioja y además forma parte del espacio protegido Sierras de la Demanda, Urbión, Cebollera y Cameros. En su casco histórico se descubren bellas construcciones típicas serranas del siglo XVII, otras de sillarejo –como el edificio del ayuntamiento, con una original torre con reloj–, calles con un cuidado empedrado, su fuente de los tres caños, una zona de corrales en lo alto del pueblo, la iglesia de la Asunción y la ermita de la Magdalena. De su riqueza forestal dan muestra sus bosques de haya y de roble, aunque su árbol característico es el nogal, cuya presencia ha dado el apodo de "noguerones" a sus vecinos.

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NÍJAR (ALMERÍA)

El gran atractivo del conjunto urbano de este pueblo almeriense es su conservada estructura de origen árabe, laberíntica y estrecha, la blancura de sus casas, su iglesia mudéjar, su artesanía. Pero es además su entorno, situado en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, que comprende espacios y paisajes únicos: las únicas montañas de origen volcánico de la península; las dunas, playas y salinas de su franja costera y la riqueza de sus fondos marinos. A ello hay que añadir lugares y rincones como las Minas de Rodalquilar, el Pozo de los Frailes, el Cortijo del Fraile, San José, Las Negras…

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