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FORO ROMANO

Justo al Coliseo está el Foro romano, el lugar donde estaban las instituciones de gobierno y religiosas, y hoy vestigios de templos, arcos... A un lado resisten las ruinas arqueológicas del monte Palatino, donde según la mitología se amamantaron de una loba Rómulo y Remo y comenzó a construirse la ciudad. El Foro forma parte del nuevo Parque Arqueológico, el más grande e importante del mundo, creado para preservar los monumentos de Roma, son 78 hectáreas a cielo abierto que abarcan además el Coliseo, el Palatino, la Domus Aurea, el Colle Oppio y el Circo Massimo.

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BOROBUDUR (INDONESIA)

Recorrer en la isla indonesia de Java este gigante de piedra de origen incierto envuelto por la selva bajo la omnipresencia del volcán Merapi es mucho más que descubrir el mayor monumento budista del mundo, es emprender un viaje cargado de espiritualidad. La gran estupa budista, de forma piramidal, consta de seis plataformas cuadradas coronadas por tres circulares donde se alzan 504 estatuas de Buda y está declarada Patrimonio de la Humanidad. 

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MACHU-PICCHU

A 130 kilómetros de Cuzco, la Ciudad Perdida de los incas se alza entre barrancos en mitad de un paraje inaccesible de los Andes peruanos. La perfección de sus construcciones, su conservación y su escenario natural, encajonado en la cresta de un cerro sobre el valle del río Urubamba, hacen de este yacimiento uno de los tesoros arqueológicos más valiosos del mundo y, desde luego, uno de los más místicos. 

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PETRA (JORDANIA)

Abandonada por los nabateos, tan crecidos por su riqueza y su habilidad comercial que osaron desafiar al poder de Roma, Petra aparece como una visión onírica tras cruzar a pie, o en burro, el desfiladero del Siq que protege su entrada. Sus fachadas de aires grecorromanos labradas en las rocas del desierto jordano hacen de ella una de las ruinas más románticas, declarada Patrimonio de la Humanidad.

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ANGKOR (CAMBOYA)

Acechados por la jungla, los templos de Angkor permanecieron durante siglos ocultos entre la espesura. Hoy, incluso excavados solo en parte, este legado fabuloso de la civilización jemer es uno de los yacimientos arqueológicos más fabulosos del Sureste asiático, con nada menos que 400 kilómetros cuadrados por los que se esparcen los templos que entre los siglos IX y XV sus reyes de atribución divina erigieron a la medida de los dioses. 

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DELFOS

A Delfos los griegos lo consideraban el ombligo de la tierra, el lugar más sagrado, la madre de todos los mitos. Todos los caminos de la antigua Grecia llegaban a él, donde ya en el siglo VIII a.C. existía un templo del dios Apolo. Luego se instalaron aquí todos los dioses, se levantó el ónfalos, la piedra donde se encuentra el centro del mundo, y se rindió respeto, durante siglos, a las manifiestaciones de la suma sacerdotisa, la Pitia, por cuya voz, se creía, hablaba el mismísimo Apolo. La visita a Delfos, Patrimonio de la Humanidad, hoy permite admirar el teatro, el estadio antiguo, el templo de Apolo, el auriga que regaló Policelo de Sicilia y, piedra arriba, la cima del monte Parnaso, el más cantado por los poetas / © Rocío Jiménez

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AYUTTHAYA (TAILANDIA)

La mejor forma de llegar a Ayutthaya, la que fue durante cuatro siglos la capital de Tailandia, además de una de las ciudades más prósperas del sudeste asiático, es navegando a bordo de un crucero que desde Bangkok llega surcando el río Chao Phraya. En otra embarcación se descubren también las ruinas de la que fue un ‘ciudad impenetrable’erigida en la confluencia de tres ríos y cuyo entramado es un laberinto de canales. Las guerras y el tiempo acabaron con su gloria, pero de todo aquello hoy queda un impresionante conjunto, declarado Patrimonio de la Humanidad.

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LUXOR (EGIPTO)

En el corazón de la antigua Tebas, la ciudad que fue, durante más de 2.000 años, el centro religioso del Antiguo Egipto y una de sus más importantes capitales, está el que pasa por ser el más elegante de los edificios faraónicos: el templo de Luxor. Construido bajo Amenofis III, fue ampliado por otro gran constructor, Ramsés II.

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PERSÉPOLIS (IRÁN)

A una hora de Shiraz, en medio de un paisaje desértico, las ruinas de Persépolis, Patrimonio de la Humanidad, conservan su majestuosa grandeza. Deambular hoy por el epicentro de esta ciudadela palaciega concebida como un capricho no para vivir, sino para festejar grandes ocasiones, es todo un privilegio. Bajo el gobierno de Darío I el Grande y sus sucesores, los persas aqueménidas legaron a la historia una de las civilizaciones más avanzadas de la antigüedad. Persépolis, hace veinticinco siglos, era el epicentro de un imperio que llegó a expandirse desde Egipto hasta el Punjab. Hoy, barridas por el polvo del desierto en medio de la nada más absoluta, sus líricas ruinas hablan por sí solas de la volatilidad del tiempo y lo voluble de la fortuna.

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TIKAL (GUATEMALA)

Durante siglos fue un misterio, desde entonces y hasta hoy este sitio arqueológico guatemalteco, uno de los más fascinantes de la antigua civilización maya precolombinay Patrimonio Mundial de la Unesco, es un lugar lleno de magia. Inmersa en la espesa selva tropical del departamento de Petén, la ciudad perdida que llegó a ser la capital de uno de los reinos más poderosos de los antiguos mayas y fue abandonada hace más de mil años invita a un viaje en el tiempo mientras se descubren sus templos que se elevan a más de 70 metros de altura, sus palacios reales, edificios, calzadas y monumentos de piedra.

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POMPEYA

Muy cerca de Nápoles se encuentran los restos de la sepultada ciudad de Pompeya que, junto a Herculano, fueron devastadas por la lava del Vesubio. Hoy sus restos se mantienen y dan muestra del refinamiento de estas ciudades entre sus templos y villas, que suponen todo un atractivo para los amantes de la arqueología, y donde pueden verse incluso los moldes que dejaron los cuerpos de los habitantes que no pudieron escapar de la erupción. No te pierdas: la basílica, el foro y el teatro, como edificios principales de la vida de Pompeya, además del curioso lupanar, un antiguo prostíbulo del que se conservan sus rudimentarias camas y algunas pinturas eróticas en sus paredes.

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TEOTIHUACÁN (MÉXICO)

La también llamada Ciudad de los Dioses mexicana conserva los vestigios de una de las civilizaciones más importantes de Mesoamérica. Un paseo por la zona arqueológica permite asombrarse por las hermosas construcciones y por el misterio que guardan los muros de la Pirámide del Sol, el templo de Quetzalpápalotl, la Calzada de los Muertos y las edificaciones que los rodean. 

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XIAN (CHINA)

En el interior de China, a unos 30 kilómetros al este de Xian, la que fue capital de doce dinastías durante sus 3.000 años de Historia, descansa una extraña maravilla: los 8.000 soldados de terracota que Qin Shi Huang, el primer emperador del recién unificado país, mandó construir y disponer en formación de combate en las inmediaciones de su futura tumba. La contemplación del conjunto, del siglo III a. C., sobrecoge no solo por su belleza y por la calidad artística de las figuras, sino también por el fabuloso misterio de un emperador que quiso proteger su tránsito al otro mundo con un mágico ejército. 

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