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UN HOTEL PARA TOCAR LAS ESTRELLAS

Como un gigantesco centinela de piedra, el Pic du Midi de Bigorre domina el Pirineo desde sus 2.877 m de altitud. Imposible no sentir su presencia cuando viajamos por la autopista A-64, que corre paralela a toda la cadena montañosa francesa, del Cantábrico al Mediterráneo. Pero si su figura parece vigilarnos en la tierra, hay que subir a su cima para desde ella mirar al cielo. En la cumbre se encuentra el observatorio astronómico más sorprendente del Pirineo. Si tenemos la suerte de alojarnos en su hotel seremos testigos del más bello de los atardeceres observando la cadena de tú a tú, a su misma altura, sin alzar la vista cuando las últimas luces pintan las montañas de ocres, rojos y naranjas. Tras la cena, la pensión completa incluye descubrir todos los astros con los potentes telescopios del complejo. Aquí las estrellas y planetas quedan mucho más cercanos / © Gonzalo M Azumendi.

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GRAND TOURMALET, LAS BICICLETAS SON PARA EL VERANO

Bajo el Pic du Midi se extiende el más gigantesco dominio esquiable del Pirineo francés: el Grand Tourmalet. Los esquiadores expertos bajan de la cima de la montaña en un descenso apoteósico de casi 1.500 m de desnivel. El resto tomaremos el teleférico de regreso, para disfrutar de sus más de 100 km de pistas que nos permiten no parar de esquiar en todo el día. Desde La Mongie al pueblo de Bareges. Y lo mejor, bajar con nuestros esquís la carretera del Collado del Tourmalet, el puerto mítico del Tour de Francia, ahora cubierto de nieve para deslizarnos sin tener que pedalear cuesta arriba / © Gonzalo M Azumendi.

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LUZ SANT SAUVEUR, UN DELICIOSO PUEBLO DE MONTAÑA

Un placer añadido al esquí es descubrir los pueblos pirenaicos, con su arquitectura tradicional bien conservada, sus hoteles íntimos y su amplia oferta gastronómica. Cercano al Coll de Tourmalet, Luz St Sauveur está enclavado en uno de los valles más hermosos del Pirineo, a 711 m de altitud. El paseo de Napoleón III, recientemente renovado, nos permite acercarnos a la iglesia templaria de Saint-Andre (en la imagen), al castillo de Santa María o al puente de Napoleón, tras pasar la zona de balnearios, en un recorrido de 3 kilómetros perfecto para descubrir el patrimonio junto a las cercanas pistas de esquí de Luz Ardiden / © Gonzalo M Azumendi.

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LUZ ARDIDEN, DE VOCACIÓN FAMILIAR

Situada a 14 km. de Luz St Sauveur, esta coqueta estación cuenta con 60 kilómetros de pistas preparadas para todos los niveles. Una estación íntima muy frecuentada por esquiadores españoles, con vocación de atraer familias y ofrecer tranquilidad. Debe su nombre al dominador de la escena, el Pico Ardiden, de 2.988 m. Parte de su fama son los 14 kilómetros que la separan de Luz St Sauveur, otra etapa histórica del Tour de Francia. El final de la carretera nos deja a 1700 metros para esquiar hasta la cota máxima de 2.500 metros. © Gonzalo M Azumendi.

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RELAX EN LUZEA, LAS AGUAS TERMALES DEL PIRINEO

El termalismo en el Pirineo Francés es una constante. Bajando de las pistas de Luz Ardiden nos encontramos con Luzea, a escasa distancia del puente de Napoleón. Napoleón III y la emperatriz Eugenia fueron grandes promotores de las aguas termales pirenaicas. Así pues, estos baños datan del Segundo Imperio, los años 1852 al 1870, cuando Francia era la segunda potencia colonial tras Inglaterra. Enclavado en una soberbia terraza dominando el paisaje, el balneario de Luzea es el lugar perfecto para relajar los músculos tras la jornada de esquí en Luz Ardiden / © Gonzalo M Azumendi.

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ST LARY, UN PUEBLO MUY ANIMADO

Las calles de St Lary son el lugar perfecto para la práctica del “apre-ski”: tiendas de ropa de calle, deportiva, cara, de alimentación, con productos de la tierra, establecimientos de esquí, de montaña, restaurantes donde degustar el magret, el confit de canard o el cerdo autóctono…, todo junto a los hoteles y el bullicio de su avenida principal, la calle Vincent Mir, donde comprar, ver y dejarse ver. A 831 metros y con un ambiente puramente pirenaico, sus fachadas de piedra y madera guardan esa herencia reconocible de villa de montaña. Junto al centro las dos telecabinas que al día siguiente nos situarán en las pistas de esquí… Allí mismo, el Sensoria Río (mercuresensoria.com) es uno de los grandes centros termales en el Pirineo Francés. Agua a 32 grados para relajar los músculos tras la jornada de esquí. Cercana, a 20 kilómetros, está la frontera con España / © Gonzalo M Azumendi.

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ST LARY, UN DESTINO TOP DE NIEVE

Este año, la estación de St Lary está de aniversario. Cumple 60 años, la excusa perfecta para visitarla esta temporada. Hace 50 años esta estación fue la elegida por el equipo olímpico francés para prepararse para los juegos de Grenoble 68. Todo comenzó diez años antes con la inauguración del teleférico del Pic de Lumiere. Hoy es uno de los destinos top de nieve en Europa, conocida como “la estrella de los Pirineos franceses”. Imaginemos por qué. Precioso es El Pla de A´det, para los principiantes, y el sector de Espinaube, con sus descensos fuera de pista, bajo los tres mil metros del macizo de Neoville. © Gonzalo M Azumendi.

8/10

CARRETERAS TRANQUILAS, EL PLACER DE CONDUCIR

De Sant Lary nos dirigimos a Bagneres de Luchon. Atravesamos el Coll de Peyresourde con la estación de esquí de Peyragudes. Recorrer los campos y pueblos bajo los gigantescos picos transmite una enorme sensación de paz. Nuestro camino se ve interrumpido para fotografiar paisajes y pueblos de pura esencia rural, visitar iglesias románicas, como Cazaux, a pie de carretera, o, quién sabe, si parar en Castillon para comprar un queso exquisito y llevárnoslo como recuerdo de estas montañas / © Gonzalo M Azumendi.

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LUCHON, VILLA TERMAL

Conduciendo llegamos a Luchon, donde 76 años antes de Jesucristo un soldado romano descubrió la surgencia termal que luego cayó en el olvido. Muchos años después, en el siglo XVIII, es el Baron d´Etigny el que manda conectar los baños con el pueblo por la avenida que hoy lleva su nombre, y que da un aire animado y cosmopolita a la urbe. Las terrazas se alternan con edificios señoriales como el Chateau Lassus Nestier, donde se ubica la oficina de turismo y el Museo del Pays de Luchon / © Gonzalo M Azumendi.

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SUPERBAGNARES, EL ESQUÍ PIONERO

Una telecabina une el mismo centro de Luchon, a 600 metros, con la cota 1.800 en menos de 10 minutos. La estación de esquí de Superbagneres es la segunda creada en Francia tras Chamonix… y, por supuesto, la primera del Pirineo. Hasta 1966 un tren cremallera se encargaba de este recorrido que finalizó con la construcción de la carretera. Tiene tres sectores: Téchous, El Lac y Céciré, con pistas para todos los gustos en un entorno único y panorámico. Un gran lugar para despedir este viaje es el llamado Balcón des Pyrénées, rodeados de una sinfonía de montañas que superan los tres mil metros… Se hace tarde pero, antes de la última bajada, nos despedimos del Aneto, la altura máxima de la cadena, que con sus 3.404 m brilla invitándonos a volver / © Gonzalo M Azumendi.

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