1/5

Conciertos, paseos en barca por lagos subterráneos, talleres de prehistoria, cenas a la luz de las velas o recorridos en un tren minero. Nos adentramos en una colección de cavidades con más sorpresas en su interior de las que te esperabas.

CONCIERTO EN LAS CUEVAS DEL DRACH (MALLORCA)
En la costa este de Mallorca y próximas a Porto Cristo, las cuevas del Drach (cuevasdeldrach.com) despiertan sentimientos de misterio y admiración. Primero por los juegos de estalactitas y estalagmitas que esconden en su interior, pero sobre todo por la experiencia que brinda, la de pasear en barca por sus aguas y asistir a un concierto de música clásica en directo interpretado por un cuarteto de músicos en el lago Martel, el mayor de sus seis estanques y uno de los lagos subterráneos más grandes del mundo. La visita, que dura alrededor de una hora, pasa por formaciones tan espectaculares como los Baños de Diana, Monte Nevado o La Bandera. Comunicadas con las del Drac, son también dignas de admirar las Coves des Hams. 

2/5

EN TREN MINERO POR EL SOPLAO (CANTABRIA)
El aliciente de la visita a esta cueva (elsoplao.es), sin ningún tipo de barreras, es el viaje en un coqueto tren minero que, después de recorrer unos 400 metros, deja al visitante, en la misma puerta de entrada. Ya bajo el subsuelo y, a través de una antigua galería minera, se inicia el recorrido, de unos 1.500 metros de longitud, que permite disfrutar de este auténtico paraíso natural. Si en la galería de los Fantasmas llama la atención la cantidad de blanquecinas estalagmitas y pisolitas emergiendo del suelo que le dan nombre; en la Gorda es la laguna subterránea natural o el color de las estalactitas del techo, cubierto de helictitas de calcita. En la pequeña galería del Falso Suelo son las formaciones rocosas en forma de finos hilos enroscados y en la del Campamento, las coladas teñidas de rojo y blanco. También están las de la Coliflor, El Bosque, Génesis... cada una con sus secretos. Además de la visita turística, esta cueva cántabra brinda otra de aventura, una ruta de 2,5 horas que lleva a las zonas menos accesibles de la cavidad y que implica ir equipado con casco con luz, buzo y botas de agua.

3/5

EN BARCA POR SANT JOSEP (CASTELLÓN)
El gran encanto de la visita a esta cueva (covesdesantjosep.es), situada en el parque natural de la Sierra Espadán de Castellón, es montarse en una de las barcas que recorren el río subterráneo navegable de su interior, el más largo de Europa, e ir descubriendo a lo largo de su recorrido –800 metros de longitud– la sala de los Murciélagos, el lago de la Diosa Diana, el Lago Azul y la galería de los Sifones. Una vez en tierra firme, el resto del itinerario es un breve paseo a pie de unos 250 metros donde uno no puede dejar de sorprenderse con pinturas rupestres realizadas hace 15.000 años. 

4/5

TALLER DE PREHISTORIA EN ALTAMIRA (CANTABRIA)
A solo dos kilómetros de Santillana del Mar, la cueva de Altamira (museodealtamira.mcu.es), declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, tiene el el privilegio de ser el primer lugar en el mundo en el que se identificó la existencia del Arte Rupestre del Paleolítico Superior. La cueva original no está abierta a la visita, tan solo se realizan visitas experimentales los viernes, una selección aleatoria entre las personas presentes en el museo ese día. A lo que sí se puede acceder es al soberbio complejo museístico situado junto a la entrada de la cueva principal y que se articula en torno a una Neocueva, que presenta una réplica exacta de la sala del Gran Techo Polícromo de Altamira y recrea el hábitat de los cavernícolas de hace 15.000 años, cuando se pintaron los primeros bisontes. Antes de entrar en la neocueva conviene visitar la exposición que muestra más de 400 objetos originales y de otras cuevas de la zona, como El Pendo o El Castillo, y, como un plus, participar en sus talleres familiares de prehistoria, donde convertirse en un cazador de ciervos o aprender la técnica para hacer fuego. © Turismo de Cantabria.

5/5

CENA EN LOS JAMEOS DEL AGUA (LANZAROTE)
En el extremo nororiental de Lanzarote se sitúa uno de los tubos volcánicos más largos y bellos del mundo, originado por la erupción de un un volcán hace 5.000 años y que ha dado lugar a varias cavidades y una enorme gruta con un lago subterráneo donde habita una especie única en el mundo: el cangrejo albino. Los Jameos del Agua (cactlanzarote.com/cact/jameos-del-agua/) –y también la cueva de Los Verdes- es un paraje intervenido por el artista César Manrique, que forma parte de este complejo. Fueron sus manos las que modelaron el agreste y negro basalto del lugar para forma a un espacio que es una invitación a la ensoñación, desde sus piscinas de aguas turquesas al túnel de la Atlántida, que se adentra en el mar, o el auditorio natural para conciertos, único en el mundo por sus características geológicas y sus condiciones acústicas. En la gruta volcánica también hay un restaurante para cenar a la luz de las velas, una terraza soleada o un par con vistas al lago de los Cangrejos donde pasar unas horas deliciosas. © Turismo de Lanzarote.

Más sobre: