Los tres hijos de los príncipe de Gales; el príncipe George, la princesa Charlotte y el príncipe Louis siempre 'roban cámara' en cada una de sus apariciones públicas. En el desfile Trooping the Colour de este año, el público quedó fascinado por los divertidos gestos de Louis, y ahora, en esta ocasión, los seguidores de la realeza han quedado encantados por el carisma de los tres niños, quienes se unieron a sus padres en la caminata anual después del servicio religioso de Navidad en Sandringham.
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El príncipe George, de 12 años; la princesa Charlotte, de 10; y el pequeño príncipe Louis, de 8, acompañaron a sus padres al servicio navideño en la iglesia de Sandringham, en Norfolk.
La familia real al completo acudió al servicio en la iglesia de Santa María Magdalena, justo en la mañana de Navidad. El rey Carlos III se hizo acompañar de varios de los miembros de su familia, como su esposa, la reina Camilla.
También estuvieron en el servicio de Navidad la princesa Beatriz y la princesa Eugenia, hijas de Andrés Mountbatten-Windsor y Sarah Ferguson; estos últimos ausentes de las festividades, debido a sus polémicas que lo vinculan con el empresario Jeffrey Epstein. El príncipe Eduardo también se hizo presente con su esposa Sophie, la duquesa de Edimburgo, así como sus hijos, James, conde de Wessex, de 17 años, y Lady Louise, de 22.
La princesa Ana acudió en compañía de su esposo, el vicealmirante Sir Timothy Laurence, además de su hija Zara y su yerno Mike Tindall. Esta última pareja fue bien acompañada por sus tres hijos: Mia (11), Lena (7) y Lucas (4). De hecho, las hijas de Zara Tindall, Mia y Lena, fueron captadas compartiendo gratos momentos junto a la princesa Kate y su hija, la princesa Charlotte.
El hijo de la princesa Ana, Peter Phillips, también estuvo presente junto a sus dos hijas, Savannah e Isla.
Los obsequios a George, Charlotte y Louis
Luego del servicio religioso, uno de los momentos más esperados por los seguidores de la familia real, fue cuando los 'royals' se acercaron a saludar e intercambiar palabras y felicitaciones con las personas que los esperaban a las afueras de la iglesia. De acuerdo con el tabloide inglés, el Daily Mail, en los alrededores se calcula que había cerca de 500 personas esperando a ver a los integrantes de la familia real británica.
Los hijos de los príncipes de Gales se convirtieron en el centro de atención, pues se mostraron cercanos y agradecido con los miembros del público que les hicieron llegar felicitaciones así como algunos regalos, entre flores, chocolates y muñecos de felpa.
En las imágenes que circularon después del servicio religioso, se aprecia a la princesa Charlotte llevando consigo un ramo de flores, mientras que Louis, parecía muy feliz con un inmenso chocolate que le hicieron llegar.
La princesa Charlotte no pudo ocultar su gran sonrisa al ver la reacción de su hermano ante el espléndido regalo, el cual le fue realizado por una de las personas que se encontraba entre la multitud.
