Cuando hablamos de viajes, pensamos en aventuras, vuelos, fotos y, por supuesto, un guardarropa adecuado para cada etapa del trayecto. Desde la década de los noventa, las celebridades de Hollywood eran fotografiadas entrando y saliendo del aeropuerto de Los Ángeles, siempre presumiendo los mejores looks. Aquellas imágenes —hoy casi piezas de archivo— marcaron el inicio de lo que hoy entendemos como airport fashion: una combinación entre estilo, funcionalidad y un toque aspiracional.
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Si bien estamos acostumbrados a ver a las celebridades derrochando glamour en alfombras rojas, los pasillos de los aeropuertos y las puertas de embarque nos ofrecían una mirada distinta: más cercana, más real y, al mismo tiempo, igualmente inspiradora. Estas imágenes humanizaban la idea que tenemos de estas figuras públicas y dejaban claro que no se necesita un evento sofisticado para vestir con intención y estilo.
Desde Hugh Grant con Elizabeth Hurley hasta Matthew McConaughey y Sandra Bullock, son muchas las celebridades que han encontrado el punto medio entre vestir bien y mantenerse cómodas. Porque, cuando se trata de vuelos —especialmente los largos— la prioridad es encontrar ese equilibrio entre confort y estética, sin caer en lo descuidado ni en lo exagerado.
Lecciones para viajar con estilo
Los lentes son un must
No se trata solo de un accesorio, sino de un aliado indispensable. Además de protegerte del sol, elevan cualquier outfit y le aportan un toque effortless pero pulido. Tienen, además, una función estratégica: ayudan a cubrir signos de cansancio tras un vuelo largo o una madrugada apresurada rumbo al aeropuerto. Son ideales para esos días en los que no quieres aplicar maquillaje. En el mundo de las celebridades, los lentes no solo bloquean la luz; también los flashes de los paparazzi, convirtiéndolos en la clave para lucir impecable en cualquier terminal.
Cuando en duda: monocromático
La mayoría de las celebridades apuesta por looks totalmente negros a la hora de viajar, y la razón es sencilla: es el color más versátil para transicionar de día a noche. Para figuras que están constantemente on-the-go, este recurso es ideal para vuelos que salen de día y aterrizan de noche, permitiendo llegar directo a una cena o a un compromiso sin necesidad de cambiarse por completo. Además, el negro estiliza, combina con todo y resiste mejor cualquier imprevisto del viaje.
Un pop de color es clave
Aunque el negro es infalible, un toque de color puede transformar por completo un atuendo y darle mucha más personalidad. Este contraste puede sumarse a través de accesorios como gorras, bufandas, bolsos, zapatos o incluso un abrigo llamativo. Es también una oportunidad para incorporar estampados: rayas, cuadros, grecas o los polka dots, que han regresado con fuerza a la escena de la moda. Un acento vibrante aporta dinamismo y hace que el look luzca más intencional.
El arte del layering
La clave para viajar con estilo —y comodidad— está en vestir por capas. Esto te permite ajustar tu atuendo según la temperatura del avión, la terminal o tu destino final. Por ejemplo, si viajas de una ciudad fría a un lugar tropical, lo ideal es construir tu look a partir de una base ligera como un pantalón cómodo y una t-shirt básica o incluso un vestido ligero. Sobre estos, agrega piezas removibles como chamarras, suéteres y bufandas. Al aterrizar, simplemente te deshaces de las capas necesarias y mantienes un look fresco, armonioso y funcional.