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Si bien siempre la recordaremos por su distinguida presencia en pantalla, su sentido de la moda y su estilo personal son igual de memorables. Diane Keaton se caracterizaba por crear atuendos llenos de detalles y accesorios que elevaban las piezas más sencillas, transformándolas en propuestas innovadoras y llenas de personalidad.
La actriz desde jóven comprendió la importancia de crear un staple look, y en su caso se trató de un traje sastre, a veces ajustado y muchas otras veces con una estructura un poco más amplia u oversized. Siempre agregando diferentes accesorios y elementos para hacer de cada atuendo su sello personal.
Para muchos los atuendos de Diane Keaton podían parecer excéntricos, pero la realidad es que no temía a experimentar con colores y estampados, pues la actriz se mostraba con frecuencia con piezas de raya diplomática o hasta estampados tipo tartán sin miedo a combinarlos entre ellos.
Diane Keaton creó sus propias reglas para vestir, y una de sus fórmulas favoritas era sin duda la de un look de un sólo color. ¿Su favorito? El blanco, por supuesto. Nada ilumina más el rostro que prendas en este color y Diane sabía lo que hacía.
Si bien la mayoría de las veces vimos a Keaton apostar por sets coordinados de pantalón y saco, era común que la actriz los llevara con una pieza neutra como lo es una camisa. Esta pieza se convirtió en un básico de su rotación por su versatilidad: la llevaba con pantalones de mezclilla en un día casual pero también con faldas maxi para crear un look digno de la alfombra roja. Tú también puedes estilizarla de mil maneras y solo es cuestión de ponerla a prueba.
Aunque Keaton podía llevar el conjunto más masculino nunca visto en una actriz, siempre se aseguraba de resaltar la cintura con un cinturón, la mayoría de las veces ancho. Ya sea sobre chaquetas, camisas o abrigos, este accesorio es un imperdible para definir la silueta y elevar un outfit, no por nada se convirtió en un básico en su rotación.
Aunque sus looks cambiaban de par en par, y en ocasiones apostaba por combinaciones inesperadas, seguido la veíamos apostar por la regla de los tercios -que divide el cuerpo en proporciones 1/3 y 2/3- para lograr una imagen estilizada y perfectamente bien equilibrada.
Ya fuera por su apuesta de colores, estampados o texturas, Diane Keaton no temía ser la protagonista de cualquier tipo de evento, ya fuera una red carpet o la primera fila de una pasarela como Gucci o Ralph Lauren y de la manera más sofisticada posible.
Si algo demostró Diane Keaton es que ser uno mismo nunca pasa de moda, sino que trasciende fronteras y tendencias. Es por eso que lucía icónica y moderna en cada aparición que hacía. No temía ir a contra corriente en cuanto a su manera de vestir, y por el contrario, encontró en la ropa una herramienta para ser ella misma.