Tanya Aguiñiga representa a cualquiera que alguna vez se haya sentido parte de diferentes culturas simultáneamente. Esta artista de raíces mexicanas, nacida en San Diego, California, crea esculturas e instalaciones artísticas con telas y otros materiales artesanales, todo con la intención de unir a su comunidad. Su trabajo ha sido clave para visibilizar las voces de individuos transnacionales, una comunidad cuyas voces a menudo pasan desapercibidas.
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Aguiñiga creció cruzando la frontera a diario, de Tijuana a San Diego, para ir a la escuela. Estas experiencias han moldeado su enfoque artístico y el tipo de trabajo que le gusta crear para otras personas. Tiene una maestría en Bellas Artes en diseño de muebles de la Escuela de Diseño de Rhode Island y una licenciatura de la Universidad Estatal de San Diego.
"Suelo enfrentar algunos fracasos, quizá todos los días. Me gusta dejar que los materiales actúen por sí mismos. Y a veces simplemente no quieren hacer lo que les pido".
La identidad de Tanya ha influido en su obra desde hace mucho tiempo, fusionando a menudo su arte con el activismo. Comenzó su carrera artística en el Taller de Arte Fronterizo, un colectivo artístico que creaba arte sobre la frontera entre Estados Unidos y México. Posteriormente, dirigió un centro comunitario en Tijuana durante seis años, donde presentó diversas iniciativas artísticas que visibilizaron los problemas que aquejaban a la comunidad fronteriza.
Las instalaciones artísticas de Tanya se componen de muebles y diseños para vestir, y su arte ha evolucionado con los años. Aunque empezó trabajando con muebles, terminó inclinándose por los textiles y las telas, prefiriendo la libertad que estos materiales le permitían. "En el diseño de muebles, había muchas jerarquías y muchas barreras de acceso. Me enfurezco mucho cuando algo no está al alcance de todos", declaró en una entrevista.
Estos tejidos más sueltos, como el algodón y la lana, le han permitido a Tanya incorporar su herencia en algunos de sus trabajos, utilizando técnicas empleadas en el tejido mesoamericano.
En varias de sus instalaciones de arte, aprovecha estos espacios para conectarse con otros artistas y miembros de su comunidad, a menudo brindándoles un lugar donde pueden destacar su trabajo y compartir sus perspectivas.
Entre sus obras más destacadas se encuentra AMBOS (Art Made Between Opposite Sides), una serie de proyectos que exhiben la obra de artistas binacionales. Al hablar sobre la inspiración detrás de esta obra, Tanya se basó en la experiencia personal que ella y muchas otras transnacionales experimentaban con frecuencia. "Pensaba en cruzar la frontera todos los días y en lo estigmatizante que es vivir en un país, ir a trabajar o estudiar en otro, cuando hay tanto racismo contra el lugar donde pasas la noche. Te interrogan cada mañana en tu camino a la vida cotidiana", dijo.
"Mi formación fue desde los 18 hasta los 26 años aproximadamente en el uso del arte como vehículo para el empoderamiento comunitario".
Tanya es una de las artistas más reconocidas del país. Es becaria Target de United States Artists en el campo de la artesanía y las artes tradicionales, y ha recibido numerosos premios y becas, entre ellas la de la Asociación Nacional de Artes y Culturas Latinas, la beca Creative Capital y otras.
Su obra ha sido expuesta en el Museo Smithsonian de Arte Americano en Washington, DC, el Museo de Artes y Diseño de Nueva York, el Annenberg Space for Photography y el Craft and Folk Art Museum en Los Ángeles.