En medio del torbellino que ha sacudido a Miss Universe tras el triunfo de Fátima Bosch, las miradas han vuelto a posarse en una de las voces más emblemáticas del mundo de los certámenes: Lupita Jones. La exreina mexicana, quien conoce desde dentro la complejidad y el peso de llevar una corona global, observa con preocupación el clima enrarecido que rodea al concurso, marcado por acusaciones de fraude y un debate encendido sobre el futuro de la organización. Con décadas de experiencia y un legado que trasciende generaciones, surge inevitable la pregunta: ¿regresaría Lupita Jones a Miss Universo para ayudar a rescatarlo de esta crisis?
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A partir de su propia trayectoria, Jones reconoce el duro golpe que la polémica ha representado para la marca. “Miss Universo es una marca muy fuerte, tristemente, muy dañada en este momento. Creo que ha perdido completamente el rumbo, está perdida”, expresó con franqueza al analizar el deterioro reputacional del certamen. Aunque las investigaciones continúan, la también directora de Mexicana Universal confía en que la organización pueda enderezar el camino: “Tendría posibilidades de seguir adelante, siempre y cuando llegue a manos de personas profesionales en esto, que verdaderamente respeten y valoren la marca, por el legado que representa para el mundo, y hagan un reenfoque de la misión y visión del concurso”.
Jones admite que este episodio no sólo impacta a Miss Universo, sino que sacude a toda la industria. “Esto ha cimbrado por completo a todos los demás, porque el público en general nos pone a todos en la misma canasta, no distinguen. Miss Universo ha sido la referencia en todo lo que tiene que ver con la belleza”, reflexiona, consciente de que el escándalo amenaza con empañar otras plataformas que, como la suya, se han construido sobre bases distintas. Por ello subraya la importancia de la evolución constante dentro de Mexicana Universal, una organización que, asegura, mantiene un enfoque social sólido y libre de especulación: “Por eso a mí me toca demostrar que somos diferentes, que manejamos las cosas de una manera distinta y que seguimos adelante, a pesar de todo”.
Convencida de que los certámenes aún tienen un papel relevante para miles de jóvenes, defiende su vigencia con determinación. “Entonces, los concursos todavía tienen mucha vida”, afirma, antes de compartir experiencias que la han marcado profundamente. “Hay muchas chicas que ven en esto una gran oportunidad de vida. Me han dicho: ‘Yo atravesaba una depresión profunda y esto fue una salvación’. ‘Gracias a esto estoy saliendo adelante’”. Para Jones, mientras existan historias así, el propósito seguirá vivo: “Las chavas ven en los concursos una oportunidad para su desarrollo personal. Mientras así sea, seguiremos adelante”.
Ante quienes cuestionan el costo de participar en certámenes de belleza, Jones responde sin rodeos: “No nos importa que vengan vestidas de marca ultra top de pies a cabeza. Eso no dice nada de una persona. No es un requisito”. Recalca que, desde la estructura estatal, las participantes reciben apoyo para cubrir sus necesidades rumbo a las competencias nacionales e internacionales, desmintiendo así la idea de que se trate de un mundo inaccesible.
¿Está dispuesta a rescatar la marca?
Y sobre su posible regreso a Miss Universo, no cierra la puerta: “Si quienes se conviertan en los dueños de la marca consideran que puedo ser una persona valiosa para seguir reforzando el trabajo de limpiar su imagen, por supuesto que lo haría. Yo quiero mucho a la marca. Me duele lo que le está pasando”.
