Regina Blandón se ganó el cariño del público gracias a su papel como Bibi P. Luche, la hija en la ficción de Eugenio Derbez en la serie cómica La Familia P. Luche. Desde pequeña creció frente a las cámaras y heredó de su padre, Roberto Blandón, el gusto por la interpretación. Sin embargo, detrás de su sonrisa guarda un difícil capítulo de su vida, pues durante infancia sufrió abuso en la casa de sus abuelos.
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Dos años atrás, Regina hablaba del tema por primera vez, pues fue en una charla con Isabel Lascurain cuando reveló que si bien "no hubo una violación como tal, hubo abuso sexual". Ha sido ahora, en una entrevista con Yordi Rosado, que compartió más detalles de lo que vivió siendo aún una pequeñita. "Lo que pasaba era, en la casa de mis abuelos en Acapulco, un señor trabajaba ahí, o sea, que era la señora que cocinaba y el señor pues como que se encargaba de la casa, se metía a mi cuarto en las noches y me tocaba", dijo. Y agregó: "Tenía 6 años más o menos".
Regina agregó que su hermano menor también se encontraba en la habitación, pero no recuerda nada de lo sucedido. La también actriz de Mentiras, la serie no compartió más detalles sobre cuánto tiempo duró aquella situación, pero sí dijo cómo fue que logró que todo se detuviera. "Le dije a mi primo, que era más grande, le dije en alguna vacación, porque pasó varias veces. Él le dijo a mis papás y así fue", añadió.
La también cantante no reveló qué sucedió con aquel hombre, aunque sí contó cómo fue que se manejó el tema en casa en aquel tiempo: "Mi hermano no tenía idea hasta hace relativamente poco tiempo, unos 10 años. Así de: ‘No me acordaba de nada de lo que pasó’. Porque en mi casa fue: ‘Psicólogo. No se habla más. Ya, cerrado y cúrate’".
Pero el psicólogo no fue suficiente, ya que ese temor creció hasta encontrar otra forma de salir, lo que afectó su calidad de vida: "Toda mi infancia, por ejemplo, dormía con la luz prendida. Me pasaba mucho a la cama de mis papás, porque es como tu lugar seguro", dijo. Incluso u n programa de televisión la hizo pensar que aquel "monstruo" no era visible para los adultos, algo que a ella le siguió afectando.
"En el psicólogo me hacían dibujar al monstruo este y, ‘ya lo quemamos’, y yo era así de: ‘No, no, no, porque alguien va a entrar’. Entonces, películas de terror y etcétera, muchos años me tardé en poder verlas porque mi pánico a la oscuridad era mucho", añadió.
Atenta a su salud mental
Con el paso del tiempo, Regina continuó en terapia, construyendo su propio futuro como actriz a pesar de que su padre se negaba a que siguiera sus pasos. La mujer de hoy 35 años contó que ha recibido ayuda de diversos especialistas, y que gracias a poder trabajar en su salud mental, ha logrado contar este episodio de su vida sin caer en llanto, además de que así muchas mujeres podrían armarse de valor para romper el silencio luego de haber pasado por una situación similar.
"Las personas que estén viendo eso y que sean víctimas de agresión o de acoso o abuso, pasa en todos los lugares, en cualquier lugar, en cualquier estrato social, económico, etcétera. Y todo el mundo piensa que una agresión sexual es una de la mañana, cuando estabas ebria y un vato salió de un callejón", detalló.