La relación entre Emmanuel y Brigitte Macron ha vuelto a acaparar los titulares la mañana de este lunes, luego de que se viralizara un video en el que el presidente de Francia recibiera un manotazo por su esposa a su llegada a Vietnam en el inicio de su gira por el sudeste asiático. El incómodo momento sucedió cuando ambos estaban a punto de descender del avión presidencial, que quedó captado por diversos medios al abrirse las puertas de la aeronave, con el mandatario disimulando la situación personal con una sonrisa. Este suceso que ha dado mucho de qué hablar revivió la polémica de los inicios de su relación, cuando él era un adolescente de 15 años que se enamoró de su profesora de teatro, una mujer de 40 años, casada y con tres hijos.
Aquel flechazo ocurrió en 1993, cuando Emmanuel Macron estudiaba en el colegio jesuita La Providence, en la ciudad francesa Amiens. Su presencia en la institución no pasaba desapercibida, pues era considerado un joven brillante, con un pasión literaria que, además, lo hacía resaltar en el escenario en sus clases de teatro.
Brigitte Macron, antes conocida como Brigitte Trogneux, era profesora de teatro en esa escuela. En ese entonces ya habría celebrado su cumpleaños 40 junto a su entonces esposo, André-Louis Auzière, y sus tres hijos: Sébastien Auzière, Laurence Auzière y Tiphaine Auzière; de hoy 50, 48 y 41 años, respectivamente. Algo que en su momento llamó la atención, pues Emmanuel, de hoy 47 años, tiene edad similar a la de los hijos de su hoy esposa.
Por supuesto que por la naturaleza de la situación, la relación entre ambos fue discreta en sus inicios. La pareja se había entendido más allá de las obras de teatro, los libros de literatura y los gustos en común que compartían durante los ensayos de las producciones del año escolar. A pesar de la diferencia de edad, la relación era legalmente permitida en el país, pero no bien vista por la escuela que tenía una regla en la que los profesores no deberían involucrarse con los alumnos, por lo que en cuanto iniciaron los rumores de romance, también empezaron a correr reportes de la comunidad escolar, lo que la ponía a ella al borde de una condena de tres años en prisión.
La relación causó polémica en ambas familias, algo que se extendió a la comunidad de Amiens, en donde los vecinos de Emmanuel y conocidos de Brigitte les dieron la espalda al mismo tiempo que los señalaban por la conducta indebida: ella por relacionarse con uno de sus alumnos estando casada, y él por interponerse en un matrimonio. Jean-Michel Macron y Françoise Noguès, padres del hoy presidente, tomaron medidas con su joven hijo y no sólo lo sacaron de la escuela, sino que lo enviaron a París para continuar con sus estudios lejos de la mujer que podría causarle un daño moral.
Separados, pero decididos a continuar con su historia de amor
Mientras Emmanuel se encontraba en París continuando con su formación académica, su corazón estaba en Amiens, con Brigitte. Ella se enfrentaba a una situación personal muy complicada mientras seguía dando clases, pues con el divorcio de André-Louis Auzière, también vino una revelación al ver cómo algunas personas que se consideraban sus amigos se alejaban de ella. Su propia familia la aisló y recibió ultimátums para desechar la idea de estar junto a Emmanuel, pues no la apoyarían si decidía casarse con él.
Pero el corazón no entiende de razones y mucho menos de exigencias de terceros. Y a pesar de la distancia de casi 100 millas, un viaje de no más de tres horas en auto, el amor entre los dos seguía floreciendo. La pareja se mantuvo en contacto con cartas y llamadas telefónicas. Las promesas de amor seguían vigentes y él le aseguraba que algún día, lejos del tumulto que causó su relación, se casarían. Una promesa romántica que, después de que Emmanuel pidiera a los hijos de Brigitte su mano, ambos cumplieron en 2007, cuando finalmente se dieron el "sí, acepto".
Un camino juntos
La pareja se estableció en París, en donde ella continuó con su labor como profesora, mientras que él daba pasos en finanzas y política. Brigitte se convirtió en su principal apoyo profesional, el pilar incondicional que está al pendiente de todo pero a la distancia y sin un cargo político. Pero lo acompaña en todo momento y lo asesora, además de ayudarlo con sus discursos públicos. Una conexión privada, emocional y profesional que está a la vista del mundo en su puesto como presidente y primera dama de Francia.